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El relato de la periodista Máryuri Trujillo y la experiencia de su contagio con el COVID-19

La comunicadora adquirió el virus trabajando, precisamente, cuando hacía una nota para contribuir a la prevención de la enfermedad en el Tolima.
Salud
Autor: Redacción Salud
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Redacción Salud

La periodista Máryuri Trujillo, corresponsal de Noticias Caracol en el Tolima, reveló que resultó positiva para COVID-19, pese a los cuidados extremos que tuvo durante el desarrollo de su trabajo periodístico en esta pandemia.

Lleva 12 días aislada y su diagnóstico solo lo sabían sus familiares, sus amigos más cercanos y uno que otro colega. Pero este sábado decidió hacerlo público, no por protagonismo, sino por responsabilidad social. Esa misma responsabilidad social que la llevó a estar frente a frente con el virus.

Dijo que tiene claro cuándo y cómo se infectó. Fue hace dos semanas, en medio de un cubrimiento noticioso sobre los efectos de la enfermedad en la ciudad.  

Días antes de tener ese contacto estrecho, ella y su camarógrafo Fredy Gutiérrez habían publicado un informe sobre la ocupación de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Federico Lleras. Gutiérrez ingresó a hacer las imágenes, cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad, y gracias a ello salió negativo para COVID-19.

“Habíamos hablado durante toda la semana que nuestra labor, sin duda, era dedicarnos a crear conciencia sobre lo que estaba pasando y lo que nosotros estábamos viendo: UCI llenas y la mayoría de gente en la calle, sin tomar las mínimas medidas de autoprotección”, contó la comunicadora oriunda del Líbano.

Luego de la entrevista, en su cabeza comenzaron a rondar los pensamientos de temor que se propagan más rápido que el virus. Además, como ella misma lo admite, era de esas personas “fastidiosas” que se “bañaba” en alcohol cada vez que podía, que se duchaba al regresar a casa y que creía su tapabocas era confiable.

Máryuri sintió que algo no andaba bien. “Tan pronto sentí un síntoma y me sentí extraña consulté, me encerré y debí esperar 48 horas para hacerme la prueba. La verdad cuando vi el POSITIVO, fue imposible contener las lágrimas, pensé de inmediato en Simón (su hijo), ¿su riñón y el mío será que van a aguantar? Pero bueno, había que seguir y esperar el embate de este pinche virus”, narró en su cuenta de Facebook.

Estos días de aislamiento le han servido para reflexionar sobre el riesgo al que están expuestos los periodistas y sus familias, pero está convencida que hizo lo correcto, aunque pudo ser más cuidadosa.

“Como lo he hecho durante todos estos años de reportería, me fui detrás de la noticia sin pensar en mí, sino en lograr llegar con un testimonio valioso que generara conciencia. Y sí, di papaya me acerqué más de lo debido, sin fijarme que mi entrevistada tenía mal puesto el tapabocas y -tras del hecho- de tela, igual al que yo usaba”, admitió.

Pero la crisis de salud también le sirvió para valorar mucho más a los médicos que la cuidaron, a sus seres queridos que han estado a su lado y a la señora que la ayuda a cuidar a su pequeño Simón. “La señora que me ayuda que decidió hacer la cuarentena en mi casa para cuidarnos y estar pendiente de Simón (…) gracias infinitas para todos”, manifestó.

Insistió en la necesidad de no bajar la guardia. Está convenida que hay que replicar todos los mensajes preventivos, porque estamos ante una amenaza real y peligrosa.

“Si Dios quiere, la próxima semana termino mi aislamiento, pero me angustia volver a salir. Me asalta el temor de volverme a contagiar, imagino que es normal, y que hay que salir tratando de esquivar ese enemigo invisible que nos arrincona, nos pone contra la pared y nos muestra lo vulnerables que somos ante su arrasador ataque”, señaló.

Por último, pidió no discriminar a las personas que están contagiadas y valoró el gesto de una vecina que ha hecho todo lo posible para que este aislamiento fuera menos duro, pues no ha permitido que le falte la bebida que tanto le gusta (aparte del Tapa Roja).  

“Si conoce a alguien contagiado: amigo, familiar, vecino; no lo rechace. Piense si usted estuviera en su situación cómo le gustaría ser tratado. Aplique la compasión como mi amiga y vecina Lili Sánchez, que me deja Coca Cola y comida en la puerta de mi casa, timbra y sale corriendo”, concluyó con su humor de siempre.

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