Los lunares de la recién inaugurada planta del Ibal en Chembe
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La empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (Ibal) inauguró con bombos y platillos la modernización de la planta Chembe, una obra en la que se invirtieron $1.829 millones y que tuvo casi seis meses de retrasos.
La alcaldesa Johana Aranda entregó la obra en compañía del exalcalde Andrés Hurtado, el representante a la Cámara Carlos Edward Osorio y otros dirigentes políticos locales, pero se desconoce si el Ibal recibió a satisfacción la obra por parte del contratista Incon S.A.S. y si hubo un acta final de entrega.
En el portal de contratación solo hay informes de avance de la obras hasta el mes de diciembre de 2023 y no se sabe cuál fue el cierre de este proyecto. Los trabajos iniciaron en marzo de 2023, el plazo de ejecución era de seis meses, pero se entregó un año más tarde. El costo también resultó mayor.
El contrato se adjudicó por $1.220 millones, pero en diciembre pasado se les autorizó una adición de $609 millones, según los documentos publicados en el Secop.
Ante estos vacíos, EL OLFATO buscó a la gerente del Ibal, Érika Palma, pero la funcionaria se negó a atender una entrevista que se solicitó, a través de su oficina de prensa, desde el pasado miércoles.
Reporteros de este medio de comunicación, acompañados por un ingeniero civil, recorrieron la recién inaugurada obra y hallaron varios lunares que tienen inconformes a los habitantes de la zona.
María Andrea Peña, quien vive en Chembe hace más de 30 años y es vecina de la planta, aseguró que existen fallas que provocan un alto desperdicio de agua.
“Los tanques cuando los ponen a funcionar baja una cantidad de agua terrible, todos los días, por la mañana, la tarde y la madrugada, por toda la carretera abajo”, afirmó.
Dijo que no entiende cómo una planta nueva tiene estas inconsistencias técnicas.
De acuerdo con unos videos suministrados a EL OLFATO por la comunidad, el agua llega a una alcantarilla y esta desemboca en una cancha de fútbol que fue adecuada por la misma Administración Municipal recientemente.
Pero esto no es todo. La obra que inauguró la alcaldesa Aranda no favorece a los residentes de esta zona rural, ubicada en la parte alta de El Salado.
Renzo William Cerón Quintero, presidente del corregimiento 13, lamentó que aunque la planta está en Chembe, sus habitantes no cuentan con agua potable. “La planta no es de Chembe, es la planta del Ibal que queda en Chembe. Se llevan el agua, Chembe no tiene acueducto”, denunció.
En la planta de Chembe solo hay un operario del Ibal y, al parecer, existirían fallas operativas que provocan estos graves desperdicios de agua en pleno fenómeno de El Niño.
Recientemente la gerente de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, reveló que Ibagué cuenta con disponibilidad de agua para atender una ciudad de 1.500.000 habitantes, pero la ineficacia del Ibal para atender estas fugas generan la inestabilidad del sistema de acueducto de la ciudad.
