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En Arboleda Campestre ya habían advertido sobre la falta de estudios de metales pesados

La presunta desidia de las autoridades sobre el tema, según comentaron algunos, ya ha provocado efectos en la salud de algunos.
Ibagué
Autor: Redacción Ibagué
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Redacción Ibagué
Habitantes de Arboleda Campestre ya habían advertido sobre la falta de estudios de metales pesados en el agua y la desidia de las autoridades sobre el tema

El que la Contraloría Municipal de Ibagué confirmara que la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (Ibal) no ha realizado estudios de metales pesados al agua que llega a las familias del Complejo Residencial Arboleda del Campestre (Crac), es algo que no sorprendió a los habitantes del sector, pues muchos de ellos han advertido que las autoridades ignoran que el líquido podría estar contaminado.

Por medio de innumerables cartas, oficios y derechos de petición enviados al Ibal, la Unión de Veedurías por el Agua (UVA), conformada por residentes de algunos apartamentos del Crac, exigían desde hace meses que fueran practicadas pruebas especiales para medir si el agua contenía la presencia de sustancias como el plomo.

Ello, debido a que, según sostienen, el recurso hidríco que llega a este sector, lo hace con mal olor y con un desagradable sabor. (Ver más: Ibal promete agua potable en Arboleda del Campestre, pero desconoce si tiene metales pesados)

“Eso lo veníamos advirtiendo desde hace más de un año. (...) Incluso una vecina, que sabe que ya estamos formados como veeduría nos comentó que la familia de ella mantiene brotada, por lo que el pediatra les recomendó no tomar más de esa agua”, comentó Edna habitantes de la Arboleda Campestre.

La mujer agregó que han hecho hasta lo imposible, pero que ya están cansados de que nadie responda si el líquido está en óptimas condiciones de consumo. 

Pese a que con la nueva administración de la Planta de Tratamiento de Agua Potable por parte del Ibal se pretendía mejorar la calidad del agua, muchos de ellos sostienen que aquello no se ha logrado.

Según explicó Jean Michell Leguizamón, habitante del conjunto Yarumo, ante estas sospechas, muchos como él se han visto obligados a recurrir al abastecimiento del recurso por medio de bolsas o botellones.

“Yo veo que muchas personas que están alertas ante estas denuncias están comprando el líquido aparte, pero aquello no es justo, pues estamos pagando en nuestras facturas por un servicio que solo sirve para lavar la ropa”, comentó .

En audiencia pública citada hace unas semanas por la representante a la cámara Martha Alfonso, el diputado Renzo García, el concejal Jaime Tocora y UVA, se expuso que esta situación es resultado de las carencias en la planeación del crecimiento urbano y el otorgamiento de licencias de construcción de vivienda sin disponibilidades del servicio.

¿Excusas?

Ante las denuncias por la falta de pruebas de la presencia de metales pesados, expuestas por EL OLFATO, la empresa de acueducto aseguró que sí ha realizado dichos procedimientos; solamente que los mismos se efectuaron en el sector de Llanitos.

“Con respecto a las pruebas de metales pesados, el Ibal aclara que se realizó la medición de estos parámetros en la parte alta de la bocatoma del río Combeima”, aseguró la empresa.

Sin embargo, aquello, más allá de brindarle seguridad y garantía a las familias de Arboleda del Campestre, en realidad evidenciaría la falta de un presunto rigor técnico por parte de la entidad.

De acuerdo con expertos e investigadores de la calidad del agua en Ibagué, dichas pruebas no debieron haberse realizado en Llanitos, sino en el sector del Carnaval del Pollo, lugar donde se capta el agua que es conducida a la Ptap en el Crac. 

“Es indispensable hacer el ensayo de calidad del agua en el lugar o en el punto preciso donde se capta o se toma para su posterior conducción. Si se toman muestras y se analizan en laboratorio y dichas muestras corresponden a un punto aguas arriba, va a quedar en duda los posibles contaminantes que estén ingresando a la fuente hídrica en el tramo restante hasta su captación”, mencionó el experto.

Y añadió: “la posibilidad es que durante ese tramo que no es estudiado se estén agregando contaminantes que se desconozcan y que puedan llegar a representar riesgo para la salud humana”.

Este no es un detalle menor, pues según denuncia Jonathan Ortiz, geólogo y activista, en este punto de captación, que sucede en el interior de la ciudad, las aguas ya se podrían haber visto afectadas por estos factores contaminantes, que por la presunta falta de rigurosidad del Ibal, se están ignorando.

En virtud de lo anterior, un estudio de metales pesados en el Cañón del Combeima, no se puede extrapolar a la Arboleda del Campestre.

“Un hecho muy importante a tener en cuenta es que efectivamente la contaminación por metales pesados es un alto riesgo para la salud humana, ya que incluso pueden llegar a generar diferentes tipos de cáncer. Sin embargo, estos suelen presentarse más a mediano y largo plazo”, señaló el investigador.

El hombre agregó que la detección de metales pesados en el agua requiere ensayos de laboratorio especializados, que por lo general no son de rutina, sino que se toman únicamente cuando hay una sospecha significativa de que estos han sido incluidos a la fuente hídrica.

Aunque no hay que desestimar que el agua en efecto no haya sufrido este tipo de cargas contaminantes, dichas dudas no serán del todo aclaradas hasta que el Ibal realmente practique la medición de estos parámetros.

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