En una ilustre institución educativa de Ibagué, algún día escuché a un brillante estudiante, que hoy es un destacado programador, quejarse con molestia, porque, según su sentir, estar en el colegio le quitaba tiempo para aprender cosas importantes.
El mensaje apuntaba claramente a la desconexión total que impera entre la proyección de la ciudad, las necesidades del sector educativo y los contenidos desarrollados en la escuela.
Los fríos números sobre deserción escolar y la pérdida progresiva en la cantidad de estudiantes en el sistema educativo local, podrían ser razón suficiente para revisar las estrategias de permanencia que se desarrollan desde la Secretaría de Educación Municipal, de la mano de la planificación del municipio, que requiere ajustes para no desentonar con el mundo poscovid. Sin embargo, si se realiza una revisión más profunda y un análisis estructural que pueda responder a la pregunta "¿Para qué estudiar?", aparece la necesidad de entender que, mientras no se direccione la educación para que responda a las necesidades de Ibagué, la falta de pertinencia se hará cada vez más evidente.
Ibagué requiere con urgencia la construcción de un Plan Educativo Municipal (PEM) que integre el municipio dentro del sistema educativo y que, bajo el principio rector de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), nos conduzca hacia la Ibagué que queremos. Un PEM que atienda como garante las necesidades del servicio que demanda el sistema educativo y que no se limite únicamente a la educación de contenidos, sino que incluya una formación integral que apunte, por ejemplo, a la construcción de comunidad.
Un PEM que busque abordar eternos desafíos del sector, como la alimentación escolar, ya que con hambre no se puede aprender.
Los esfuerzos para mejorar el Programa de Alimentación Escolar (PAE) deben enfocarse en el fortalecimiento y el acompañamiento de las familias, no solo en términos de cobertura, sino también a través de equipos interdisciplinarios que visiten los hogares para transformar hábitos. Si el programa se fortalece, podremos atender no solo las necesidades alimenticias de los niños y niñas, sino también las multidimensionales.
Otra necesidad que debe abordarse desde el PEM es el atraso en la infraestructura educativa de nuestro municipio, que lleva más de 40 años sin renovarse. Hoy en día, tenemos instituciones educativas obsoletas, muchas de ellas incumplen las normas técnicas y tienen a niños y profesores hacinados.
Además, la cantidad de aulas digitales no llega ni siquiera al 1%. Para empeorar la situación, cuando se habló de fortalecer la infraestructura educativa, el resultado fue la tragedia ocasionada por el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa. De los 26 colegios contratados en 2016, ocho años después no han sido entregados en su totalidad, y los que están en funcionamiento presentan condiciones preocupantes.
Finalmente, y de mayor relevancia, está la necesidad de revisar la capacitación docente. Necesitamos maestros de calidad. De nada sirve invertir miles de millones si nuestros maestros y maestras no cuentan con las herramientas necesarias, especialmente en el sector rural, para implementar lo que han aprendido.
Si revisamos los resultados de PISA 2022, aunque con el factor poscovid como causa justificada, mostraron un declive del cual no podemos seguir culpando a los maestros, quienes en muchas comunidades son la única representación del Estado. Tampoco podemos decir que no se les evalúa, ya que existen indicadores de evaluación y los docentes del decreto 1278 son evaluados todo el año. Aun así, no se alcanzan los resultados esperados, por lo que es necesario revisar las estrategias de calidad.
Un PEM que, en consonancia con los planes de desarrollo municipal, departamental y nacional, esté ajustado a una visión clara y permita trazar la línea que los ibaguereños necesitan de su municipio para dejar de ser la eterna promesa que hemos estado esperando durante más de dos décadas.
Se trata de convertirlo en un modelo con oportunidades esto es, incluyente, tal cual como lo sueña nuestra Alcaldesa en una “Ibagué para todos".