Conozca la importancia de una buena higiene bucal en sus hijos
Para las nuevas generaciones parece que ya no hay reglas esenciales o básicas para tener una higiene bucal, cepillarse los dientes después de cada comida, usar siempre seda dental e ir al odontólogo por lo menos dos veces al año son costumbres que antes se aprendían por medio de canciones o con comerciales de televisión.
Ahora el papel de enseñar estos cuidados va de la mano de la familia. ¿Qué pasa con los colombianos? Según el programa ‘País de Sonrisas’ liderado por el Ministerio de Salud y Protección Social, el 89 % de los niños y niñas a los cinco años ya presenta cavidades en sus dientes, a pesar de que todo depende del cuidado en casa y colegio.
“Muchas de estas costumbres de higiene bucal hacen parte de la conducta y la construcción de estilos de vida, conocimientos o creencias. Si los padres se cuidan sus dientes y tienen buenas costumbres, seguramente sus hijos aprenderán a cuidarse igual”, dijo la docente del programa de Odontología de la Fundación Universitaria del Área Andina, Olga Patricia Ramírez.
“Podemos considerar que las prácticas de salud bucal se encuentran enmarcadas culturalmente, por lo que responden a tradiciones grupales o familiares generalmente de orden práctico”, agregó la experta que asegura que muchos de los diagnósticos que se tienen en la vida adulta vienen de una infancia en la que no se ha cuidado de los dientes.
Y es que desde los seis meses de edad, cuando empiezan a salir los dientes temporales o ‘de leche’ deben empezar los cuidados para fomentar una higiene bucal adecuada.
La Asociación Dental Americana (ADA, por sus siglas en inglés) recalca la importancia de ‘los dientes de leche’ para la salud, pues son parte fundamental al masticar, hablar y sonreír, por lo tanto, su conservación permitirá evitar anomalías en la posición y el crecimiento normal de los dientes.
Para Minsalud, los niños son un grupo prioritario pues las lesiones tempranas alcanzan el 29 % de afectación en el primer año de vida, 83 % a los 3 años y hasta el 89 % a los 5 años.
¿Cómo lograr esto?
Ramírez recalca en que por medio de la educación para la salud se pueden proveer hábitos y prácticas que pueden ser considerados como vitales y que, al ir dirigido a niños se plantea por medio de estrategias didácticas que mezclen la enseñanza con la práctica de forma tal que se vuelva divertido.
La experta hace estas recomendaciones por edades:
- Después del nacimiento se recomienda limpiar las encías con una gasa húmeda y limpia o con una toallita.
- Cuando el menor puede permanecer de pie, lo más práctico puede ser ponerse detrás del niño con su cabeza apoyada en el cuerpo del adulto, ambos sujetan el cepillo y se realizan movimientos circulares suaves. Enseñémosles a seguir siempre el mismo orden en el cepillado, sin olvidar la parte externa, la interna y la horizontal de los dientes.
- Sacar la lengua, abrir mucho la boca y usar el cepillo dentro de ella para hacer circulos, tener en cuenta que debe ser supervisado por la madre, padre o cuidador desde el nacimiento hasta los 3 años de edad o según destrezas y habilidades del menor y, supervisar hasta aproximadamente los 8 años, aunque siempre habrá excepciones.
- Si los niños son dispersos, se recomienda leerles un cuento mientras se cepillan.
- Inculcar el uso de la seda dental, explicando por qué se debe usar y la forma correcta.
- En cualquier edad, debe evitarse que se ingiera la crema dental o el mismo enjuague bucal.
Es importante recalcar que en todas las edades la crema dental debe usarse en cantidades menores al tamaño de una lenteja, esparciéndose por todas las caras de todos los dientes y muelas presentes, teniendo en cuenta además que para eliminarla, se debe hacer con poca agua con el fin de favorecer que el flúor de la crema haga su efecto tópico.
Lo importante de todo esto es, según la experta Areandina, que de una salud bucal adecuada desde pequeños depende que no se sufra de enfermedades como la caries dental y enfermedades de las encías, que no solo afectan la boca al perder dientes de forma parcial o total, sino que impactan en el momento de la gestación, en enfermedades del corazón, diabetes y hasta diversos tipos de cáncer.
*Con información de la Fundación Universitaria del Área Andina.