No podemos olvidar que la actual cuarentena fue decretada por el gobierno nacional producto de la presión social de diversos sectores sociales, políticos y de opinión, hasta la comunidad internacional, que clamaban un confinamiento preventivo obligatorio, buscando desacelerar los contagios mientras se adecuaban los sistemas de salud para responder a la inexorable y creciente demanda de servicios médicos, especialmente de cuidados intensivos. Aunque con muchas excepciones la cuarentena fue decretada por el presidente y esto ha permitido, aun sin certeza de las cifras reales, evitar un crecimiento descontrolado de las afectaciones por COVID-19.
Hoy se acerca el fin de la cuarentena y se pone al orden del día nuevamente la discusión si privilegiar la defensa de la vida o anteponer los intereses económicos; si prolongar la cuarentena preventiva o asumir medidas mas flexibles como el ya célebre “aislamiento inteligente”. Según las autoridades de salud y muchos gobernadores y alcaldes todavía no están listos los nuevos centros asistenciales con sus camas y UCI para atender el numero creciente de infectados que requerirán estos servicios, el numero de pruebas es supremamente bajo y los resultados están llegando con algo mas de una semana de retraso, lo cual impide conocer la situación real del avance de la pandemia en los territorios; en tales condiciones seria un acto de gran irresponsabilidad levantar la actual cuarentena, incluso el conocimiento real y oportuno de la situación y la proximidad del famoso “pico de contagios” podría demandar, al contrario, aumentar las restricciones.
En estas circunstancias, me uno a las solicitudes de muchos sectores, especialmente del Partido Liberal Colombiano, en el sentido de prorrogar la “Cuarentena” por dos semanas mas, al cabo de las cuales se debe evaluar la dinámica de la pandemia y las medidas de adecuación del sistema de salud para tomar las decisiones más convenientes en la salvaguarda de la vida del pueblo colombiano. Es claro que el estado deberá mantener y ampliar las medidas de apoyo a los sectores mas vulnerables de la población y a la clase media colombiana en materia de plazos para impuestos, gestión ante el sector financiero para congelamiento de créditos, kits alimentarios, etc., con el propósito de facilitar el confinamiento preventivo. También es urgente ampliar y mejorar el sistema de toma de pruebas, para conocer la situación real de avance de la pandemia, para lo cual es necesario descentralizar en las regiones y fortalecer las entidades publicas y privadas indicadas para este tipo de acciones.
Solicito formalmente a los organismos de control hacer un seguimiento estricto y oportuno a las actividades gubernamentales relacionadas con esta pandemia, para lograr que las ayudas y los programas de apoyo lleguen a la población que lo requiere, sin condicionamientos políticos y para que los recursos invertidos se manejen eficientemente y con total transparencia. Ya preocupan las quejas de ciudadanos, organizaciones sociales y medios de comunicación sobre direccionamiento político a las ayudas y sobre despilfarro de recursos en Ibagué.