Gerardo Yepes: de salvador judicial a francotirador político de Andrés Hurtado

El ácido enfrentamiento entre el alcalde Andrés Hurtado y el representante Gerardo Yepes no es por amor a Ibagué, tampoco por la defensa de los intereses de la ciudadanía ni por la noble y necesitaria tarea de control político, como aseguran ambos.

Yepes y Hurtado se han dicho de todo en las últimas semanas: el congresista dijo que el mandatario es vago, viajero y bebedor. Por su parte, el alcalde le respondió calificándolo de “vaca muerta” y lo acusó de torpedear el avance de los proyectos de infraestructura deportiva.

Detrás de todo esto está la traición de Andrés Hurtado a Gerardo Yepes, quien hace muy poco fue su “salvador” judicial, pero ahora se convirtió en su francotirador político.

El origen de la guerra 

En las elecciones legislativas de este año, Gerardo Yepes tenía en riesgo su curul por los buenos resultados que logró Delcy Isaza, la otra candidata del grupo político de Óscar Barreto.

A Gerardo las cuentas no le alcanzaban y el mismo Óscar Barreto tuvo que salir a rescatarlo. Pero el entonces candidato creía tener otra carta bajo la manga para alcanzar su meta y llegar a la Cámara de Representantes: un favor que le debía el alcalde Andrés Hurtado.

Fuentes cercanas al congresista conservador le contaron a EL OLFATO que Yepes y Hurtado se reunieron antes de las elecciones para que desde la Alcaldía de Ibagué apoyaran su candidatura.

“El alcalde le dijo que sí, que contara con eso y que no se preocupara. Gerardo tuvo que ir a buscarlo para hablar con él en privado y Hurtado le dio su palabra”, aseguró la fuente.

Sin embargo, el día de las elecciones el esperado apoyo para Gerardo no llegó y la Administración Municipal estuvo al servicio de Jaime Yepes, del partido de La U, quien al final de la jornada no logró mantenerse en la Cámara de Representantes.

Ahí surgió la guerra entre ambos políticos. Gerardo Yepes creía en la palabra y en la gratitud de Andrés Hurtado.

Como lo contó este medio de comunicación en agosto del 2021, Gerardo sacó de la casa por cárcel al hoy mandatario gracias a sus nexos políticos con el juez corrupto Marco Fidel Murcia (Ver: Murcia y Hurtado: la historia no contada entre la justicia y la política en el Tolima).

Hurtado estuvo con detención domiciliaria por el escándalo de los “piques ilegales”, entre el 12 y el 27 de junio del año 2017, cuando ambos políticos eran integrantes del gabinete del gobernador Óscar Barreto.

La defensa de Andrés apeló la decisión de su captura y, casualmente, el recurso judicial llegó a las manos del condenado Marco Fidel Murcia, quien decidió dejarlo en libertad.

Después de emitir ese fallo, Murcia logró que una familiar suya fuera contratada en Indeportes Tolima, la entidad donde Gerardo Yepes era gerente (Ver: Familiares del polémico juez de los 'piques ilegales' tuvieron contrato en la administración de Óscar Barreto).

Sobre esa contratación, Yepes aceptó en su momento que conocía al juez Murcia y que ambos eran oriundos del municipio de Santa Isabel.

Posteriormente, este mismo exfuncionario judicial, condenado por corrupción, emitió otro de sus célebres fallos: absolvió al exoperador de las cámaras de seguridad del Aeropuerto Perales Daniel Felipe Cadena por su participación en el escándalo de los “piques ilegales”, pero el Tribunal Superior de Ibagué revocó la decisión y condenó a Cadena a cuatro años y cinco meses de cárcel (Ver: Se entregó Daniel Felipe Cadena, condenado por el caso de los ‘piques ilegales’ en el Aeropuerto Perales).

Cadena, pariente de la primera dama, Leidy Galeano, está en prisión y el alcalde Hurtado logró que el juez Henry Beltrán, encargado de su caso, le diera tantas garantías a su defensa que el delito que lo pudo llevar a la cárcel precluyó por vencimiento de términos (Ver: Juez de los ‘piques’ le dio la buena noticia a Hurtado: precluyó el delito de peculado por uso).

Esta es la novela de amor y traición de Andrés Hurtado y Gerardo Yepes que, por lo pronto, no tiene final.