“La Payasada Administrativa”

Damas y caballeros, bienvenidos a la payasada administrativa, con la complicidad de los medios que le lavan la cara a él clan hurtado: el gran circo político de Ibagué. Un espectáculo que lo pagamos con nuestros impuestos— protagonizado por un elenco de personajes dignos de Sábados Felices, encabezado por unos payasos que haría palidecer al mismísimo “Tuerquita” o “Tribilin”, los payasos más famosos de Colombia. Pero no se confundan: aquí la nariz roja no se quita, y el maquillaje es permanente, aunque los vestidos de princesa, trajes de fumigadores es una constante casi a la par como los contrato con asomos de presunta corrupción, asi como el tan publicitado combo 3x1 recordado por los residentes del barrio villa café.

La alcaldesa Johana Aranda quiso hacernos reír —o llorar, depende del estómago de cada quien— con un acto de “independencia política” del clan Hurtado se anunció una “renovación” del gabinete. ¿El truco? Sacaron a los mismos y los metieron por otra puerta. Un juego de sillas como en recreo de jardín infantil, solo que aquí no hay ni recreación ni infancia: solo cuotas políticas girando como trompos.

Nos querían vender el cuento de la libertad, pero el titiritero sigue tras bambalinas: el exalcalde Andrés Fabián Hurtado, quien, sigue siendo el maestro de ceremonias. Y como buen jefe del clan, ahora se pasea —muy orondo— acompañado de su hermana la misma que manifestó que -No es una imposición legal brindarle comedores comunitarios a nuestros niños y adultos mayores-, y para sumar a el acompañamiento del clan los observamos tomados de la mano con Medardo Ortega, el exalcalde de Armero Guayabal, vinculado por corrupción en el escándalo del ex senador del Partido Liberal, Mario Castaño, por malos manejos de recursos durante su administración.; pero en redes el jefe del clan hurtado y su hermana posan de foto de perfil.

Y mientras tanto, ¿cómo están nuestras calles? Mejor dicho, ¿todavía existen? Porque lo que uno ve son cráteres tan profundos que se tragan vehículos. La malla vial está tan destruida que, ante la falta de gestión, los ibaguereños han hecho lo que mejor saben: resolver con ingenio. Ahora usan Waze para marcar los huecos, como si fueran trampas de “Mario Kart”. Waze debería lanzar una nueva función: “modo supervivencia urbana”.

Lo más bonito es que en medio de los baches —morales y viales— los ciudadanos se han visto obligados a tapar huecos por su cuenta. Gente con pala y arena pidiendo monedas en la calle, como si fueran empleados de la secretaria de Aquí, hasta la mendicidad tiene vocación de servicio público.

Así que, querido lector, si usted pensaba que la política ibaguereña podía caer más bajo, lo invitamos a seguir conectado a este circo sin carpa y con exceso de payasos y cinismo donde los condenados y procesos por corrupción son ovacionados, los huecos son íconos turísticos, y el maquillaje político no se cae… porque ya está tatuado.