De los huecos al llanto y pobre chaparral se abrazan los imputados

Dicen que el que no tiene vergüenza, lo tiene todo. Y si alguien ha sabido sacarle rédito político a la desmemoria colectiva —o al cinismo sin anestesia—, es Andrés Hurtado.

Hace poco, el señor Hurtado, como buen salvador de ocasión, apareció en Chaparral a hablar de obras, desarrollo y futuro, como si fuera un enviado de la infraestructura divina. Con el tono solemne de quien ha asfaltado medio país y la seguridad de quien jamás ha firmado un contrato turbio, lanzó críticas y promesas como si la palabra “puente” no le diera urticaria.

Pero claro, a los chaparralunos les tocará buscar rápido en Google lo que nosotros en Ibagué no hemos podido olvidar: el infame puente fantasma de la 60. Ese mismo que la Contraloría le encontró Irregularidades por más de 9.600 millones de pesos, pagos anticipados, incumplimientos de contratos y un puente que ni en los planos se sostiene.

Y, sin embargo, ahí está. En tarima. Con micrófono en mano y sin ninguna extrañeza abrazado de Hugo Fernando Arce exalcalde de Chaparral el mismo que la fiscalía le Imputa cargos penales por presuntas irregularidades en el contrato de kits alimenticios durante la pandemia , si mientras el pueblo estaba pasando momentos difíciles el exalcalde haciendo magia con los recursos que son del pueblo

Pero ojo, la obra teatral del cinismo no termina con Hurtado, también se encuentra en su continuismo ¡si! nuestra alcaldesa Johana Aranda. Quien, siguiendo el mismo libreto, decidió montarse no sobre el asfalto destruido, sino sobre un escenario teatral emocional manifestando: “La violencia política a la que yo me he tenido que someter ha sido infame y muy cruel”, declaró recientemente, entre suspiros de mártir, lágrimas sin rímel corrido y poses de víctima de telenovela. Como si se nos olvidara cuando decía “ Y vamos a Pavimentar con el ejército” (pero pavimentar con el ejército es más económico y decirlo en campaña electoral es una buena narrativa, pero ya gobernando es más rentable hacerlo con privados, cierto? ¿Pregunto?)   como si gobernar fuera un viacrucis que le cayó encima por accidente, lo que tal vez le cayo encima fue la casa en palma del vergel o la camioneta mercedes o la camioneta Toyota que está a nombre de su primera línea de consanguineidad.

Señora alcaldesa no está sola, nunca lo ha estado, sumerce es la continuidad decorada de un modelo político que representa presuntos hechos de corrupción, sumerce es el continuismo de quien nos hurto  Ibagué los sueños, que nos dejo destruida la concha custica que nos dejo sin existencia un puente, pero que con asombro vemos como va por el mismo camino no haga parte del clan de los imputados.

En conclusión en Ibagué no tenemos puente, pero sí un manual completo sobre cómo convertir la desvergüenza en carrera política Y mientras la ciudad se hunde entre huecos, contratos fantasmas y lágrimas en cámara lenta, ellos siguen en campaña.
Porque si el cemento no alcanza, el drama siempre rinde.