El gobierno nos cobró, sin preguntar, una mini reforma tributaria por decreto

En Colombia ya ni se debate. Se impone.

Eso es lo que ha hecho el Gobierno Nacional con el Decreto 0572 de 2025, una medida disfrazada de “ajuste técnico”, pero que en realidad es una mini reforma tributaria y todos vamos a pagar.

Con esta jugada, el Ministerio de Hacienda decidió adelantar el impuesto de renta del próximo año, aumentando tarifas de autorretención y ampliando la base de la retención en la fuente. Traducido a la vida real: empresas, contratistas y personas naturales tendrán que entregar más dinero al Estado desde ya, sin haber terminado siquiera el año gravable actual.

Y lo más alarmante es que esto no es una medida aislada: es una maniobra desesperada ante un déficit fiscal desbordado, que en 2024 cerró en 6,8% del PIB. Sin capacidad de ajuste real ni voluntad de austeridad, el Gobierno decidió hacer lo único que sabe hacer: cobrar más, sin preguntar.

Pero esta vez fue más lejos. Esta vez bajó el umbral de retención para personas naturales a apenas 2 UVT, es decir, a partir de pagos mayores a $95.000 pesos, ya se empieza a descontar. Con esto, se empieza a retener a trabajadores independientes que viven del día a día. El Estado le está quitando a la gente lo poco que gana, antes de que llegue a su bolsillo.

¿Dónde está la progresividad? ¿Dónde está la promesa de que “los de abajo no pagan más”? Aquí se cayó la careta: el gobierno está exprimiendo a los mismos de siempre.

Esta no es una política de recaudo eficiente. Es una trampa contable: inflar los ingresos de 2025 a costa del 2026, dejando al siguiente gobierno una bomba de tiempo fiscal. ¿Cuánto durará la caja cuando ya todo está anticipado?

Y no se equivoquen: esta no es una reforma estructural. Es una emboscada fiscal.

Una emboscada que afecta a las empresas formales que generan empleo, que recorta el flujo de caja de miles de profesionales y contratistas, que castiga al que declara y premia al que evade. Una emboscada sin debate, sin análisis, sin Congreso. Sin democracia.

¿Hasta cuándo vamos a normalizar que el Estado solucione su mala gestión recaudando a la fuerza?

El Decreto 0572 es un síntoma. Un síntoma de improvisación, de desconexión con la economía real y de un modelo que ya no aguanta más parches.

Lo mínimo que merece el país es que lo que se cobra, se discuta. Que lo que se impone, se justifique. Y que al menos, los que trabajan, produzcan o emprenden no sean siempre los primeros en pagar los platos rotos de la mala administración pública.