Alba Lucia Garcia Suarez

Opinión

El costo de no estar

Alba Lucia Garcia Suarez

08 de julio de 2025
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Cada año, cuando se publica el ranking de las mil empresas más grandes de Colombia, hago lo mismo, busco cuántas son del Tolima. Y cada año me encuentro con el mismo número: tres, solo tres.

En un país con 1.000 grandes empresas, eso representa apenas el 0,3%. Bogotá tiene casi la mitad, 480 empresas. Antioquia aporta más del 15%, y el Valle cerca del 10%. Pero departamentos más pequeños, como Risaralda o Caldas, tienen casi 5 veces más empresas grandes que el Tolima.

No se trata de tener empresas grandes por vanidad o prestigio. Se trata de desarrollo real. Una sola empresa grande genera cientos de empleos, invierte en tecnología, paga impuestos en la región, fortalece cadenas productivas locales, y ofrece oportunidades a jóvenes que quieren quedarse. Tener 10 empresas grandes en el Tolima no sería un milagro, sería transformar la economía del departamento de forma estructural.

Tenemos ideas, emprendimiento, esfuerzo. Pero no hemos tenido la representación política adecuada que luche por conectarnos con el desarrollo nacional. Hemos tenido muy pocos congresistas que hayan hecho de la competitividad, el emprendimiento y el fortalecimiento empresarial una causa común. No ha habido un equipo parlamentario que piense en el territorio de forma estratégica, que se la juegue por crear condiciones para el crecimiento de nuestras empresas.

El Congreso ha sido más una vitrina individual que un espacio para defender un proyecto colectivo de región. Esto ha sido una desventaja porque las regiones que avanzan son las que logran alinear esfuerzos: desde lo público, lo privado y lo legislativo. Las que piensan en largo plazo, en conectividad, en clústeres productivos, en educación técnica, en incentivos tributarios, en infraestructura logística. Las que se entienden como un bloque, no como islas.

Yo sí creo que el Tolima puede tener 10, 20 o 30 empresas grandes. Lo creo porque he visto campesinos que se volvieron empresarios rurales, jóvenes que escalan sus ideas con creatividad, mujeres que con una pequeña tienda empezaron a venderle a otras regiones.

El Tolima merece más. Y ese “más” empieza por creer que sí es posible, por pasar del reclamo a la acción. Necesitamos personas que emprendan, que compren local, que exijan mejores políticas, que voten con criterio y elijan personas que conozcan el territorio y sepan moverse en las grandes ligas de la gestión pública y económica. Así se transforman los territorios: desde lo cotidiano, con visión y con coraje.

En redes @albaluciags

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