El Ingeniero Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga, empezó la campaña como un personaje folclórico y pintoresco de esos que en algunos momentos de la historia política del país han salido con improbables candidaturas. Creo que muchos, y me incluyo, subestimaron el discurso simple y efectivo de Rodolfo, el cual le fue ganando adeptos de diversos sectores y que lo tienen como un serio contendiente a tener en cuenta en la primera vuelta presidencial.
La reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría - CNC (Ver: https://www.elolfato.com/poder/duro-golpe-de-rodolfo-hernandez-a-federico-gutierrez-lo-empato-en-las-encuestas) pone al Ingeniero en un cerrado empate técnico con Federico Gutiérrez de cara a la primera vuelta, y en un cabeza a cabeza con Gustavo Petro en la segunda vuelta. Valga aclarar que la encuesta del CNC difiere en sus conclusiones con las más recientes encuestas de INVAMER y GUARUMO, aunque todas coinciden tanto en la tendencia creciente de intención de voto a favor del Ingeniero, como en el ritmo de crecimiento que lo tiene a punto de alcanzar a Fico Gutiérrez. Cada encuesta es diferente y sabremos cuál fue la más acertada solo con el resultado de los escrutinios el próximo domingo.
Pero volvamos a Rodolfo. ¿Qué explica entonces que este candidato, todo un “outsider”, tenga temblando a más de uno? Algunas ideas para analizar a quien sin lugar a dudas se convirtió en el único fenómeno electoral y mediático de esta carrera hacia la presidencia.
En primer lugar, Hernández capitalizó las debilidades de Sergio Fajardo, quien desafortunadamente no ha parado de caer en las encuestas. Al revisar las diferentes muestras, se advierte que la caída de Fajardo es inversamente proporcional a la subida del Ingeniero, tema que pone de manifiesto que el Profesor Fajardo fue el principal damnificado del fenómeno Hernández.
En segundo lugar, con su lenguaje desparpajado y sencillo, Rodolfo ha conectado con buena parte del electorado. En un país donde casi nadie analiza las propuestas de los candidatos y en donde el voluble electorado se mueve, como es apenas obvio, al vaivén de las emociones, el Ingeniero se ha mantenido de manera monotemática en torno a un solo discurso muy vendedor: la corrupción. Si le preguntan en los debates por la política exterior, concluye que está mal por la robadera; Si le indagan por los problemas sociales o el empleo, remata diciendo que en eso no hay avances por la corrupción. Si le inquieren por la creciente inseguridad, afirma sin tapujos que es por los políticos ladrones y vagabundos. Y así con todos los temas. Pero fiel a su estilo, se ha mantenido en una sola línea, simple, concreta y efectiva que hoy lo tiene donde lo tiene.
En tercer lugar, y ante la polarización del espectro político entre la izquierda de Petro y la derecha de Gutiérrez, Rodolfo ha sabido capitalizar el centro en contravía de la oportunidad perdida de la Coalición de la Esperanza y otros que infructuosamente quisieron reinar en esa amplia porción de las preferencias electorales. Por tal razón, votantes moderados de derecha e izquierda, que en un momento consideraron votar por los dos extremos, ahora ven a Hernández como una opción de centro viable, lo cual lo ha consolidado en esa franja y le ha permitido morderle adeptos a Fajardo, a Petro y a Gutiérrez. En conclusión, el Ingeniero suma de todos los lados, pero nadie le araña sus votos.
Finalmente, Rodolfo ha interpretado con claridad la insatisfacción con el gobierno de Duque y lo que éste representa, así como la rabia generalizada contra los políticos. En sus entrevistas no ahorra epítetos sobre el desgobierno que vive Colombia y sobre los peligros que supone el continuismo que representa Federico Gutiérrez. Sin recato alguno pone el dedo en la llaga de la corrupción, de la robadera, de la vagabundería administrativa, lo que entonces también lo ha convertido, junto a Gustavo Petro, en un candidato contrario al establecimiento.
Seguramente habrán más razones que expliquen la sorpresa política que hoy representa Rodolfo Hernández. Solamente el domingo 29 de Mayo sabremos si su crecimiento y popularidad en medios, redes y encuestas se transforman en votos que efectivamente lo lleven a segunda vuelta, o que lo conviertan en la fuerza decisora para la segunda vuelta presidencial. Sea cual sea el escenario, con ambas caras de la moneda el Ingeniero Rodolfo se saldrá con la suya.
Post Data Liberal: Una conclusión interesante de las recientes encuestas parece ser que la adhesión liberal en cabeza de César Gaviria Trujillo no resultó determinante para la campaña de Federico Gutiérrez. Dicha adhesión se registró al finales del mes de Abril, y al revisar la tendencia de Gutiérrez en la reciente encuesta de INVAMER, encontramos que cuando se realiza la adhesión y casi que simultáneamente se aplica esta encuesta (última semana de Abril), Fico Gutiérrez tenía una intención de voto del 26.7% y en la medición de Mayo (efectuada entre el 13 y el 18 de Mayo), Gutiérrez solo subió 0.4%, ubicándose en una preferencia del 27.1%. En el mismo sentido, en la encuesta del Centro Nacional de Consultoría desarrollada entre el 1 y el 21 de Abril, Gutiérrez tuvo una intención de voto del 23.8%, mientras que en la que se hizo entre el 13 y el 19 de Mayo, tuvo una intención de voto del 23.9%. O sea que prácticamente lo mismo, no creció nada.
Aunque pueden existir otras razones que expliquen el relativo estancamiento de Fico en las dos últimas mediciones del CNC e INVAMER, en cuanto al tema Liberal hay al menos dos conclusiones: primero, que Gaviria Trujillo está lejos de representar a la base liberal, como tampoco a importantes sectores de la bancada saliente y entrante. Segundo, que esta adhesión en contravía del sentimiento de la base liberal y de congresistas del partido, generará una fractura muy seria en el Partido Liberal, especialmente si Petro alcanza la presidencia y se inicia el complejo proceso de construir mayorías parlamentarias. Ahí y solo ahí vendrá la cuenta de cobro que tendría que terminar con la salida de Gaviria de la dirección del partido.