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Rescatémonos recordando los 101 años del Bunde Tolimense.

El maestro Alberto Castilla un día de 1914,  se sentó en la pianola y se puso a tocar, y afirmó “voy a componer el Bunde”, cuando se dio por satisfecho el mismo maestro lo tituló “El Bunde de Castilla”.

El inmortal bunde fue interpretado por muchas bandas y orquestas de todo el país, años después Nicanor Velásquez Ortiz, poeta de Ambalema pensó en reformar un poco el himno, en el verso “canta el alma de mi raza en el bunde de castilla, y este canto es sol que abraza” con esta reforma es conocido el bunde, en la versión de Garzón y Collazos.

Un 10 de Septiembre de 1914, El Maestro Alberto Castilla Buenaventura, muestra su obra en el Municipio del Espinal, con ancestros de Vals y melancolía enfocada en la historia ajustada  por Nicanor Velázquez endulzando  oídos a ritmo de  guabina, torbellino, rajaleña, pasillo  y bambuco.
21 Años más tarde El bunde fue proclamado como himno tolimense en el año de 1935, por ordenanza de la asamblea departamental y declarado himno oficial del departamento en Diciembre de 1959.

Rescatemos los nuestro, volvamos a nuestros ancestros y recopilemos las buenas maneras de convivir y de soñar una Tolima en manos de los mejores.
En esta época hablar de gobierno y de las raíces de las relaciones políticas y de estado seria discordante con la realidad que vive el Tolima y posiblemente abundan artículos con ensambles políticos resaltando lo negativo de los rumores, hechos y no hechos de los personajes en acción democrática.

Dialogar de historia para  traer  al 2015 lo mejor de nuestros ancestros podría servir para recordar  que vivir en una sociedad basada en el respeto  y la capacidad de dar sin recibir nada a cambio  funciona.  Existen citas y sinfín de frases sabias compuestas por maestros de  vida  y de hechos reales que despierten la conciencia de la sociedad ibaguereña y Tolimense para vivir con bases de amor,  autorespeto y en la otredad,  hallazgo que se ha deteriorado con el tiempo.

Es sabio recordar  que Alberto Castilla como Bogotano que era y en su que hacer como Ingeniero, músico periodista y  poeta después de la guerra de los 1000 días Ibagué lo  recibió  y lo acogió dándonos el privilegio de uno de los proyectos más grandes de la historia Tolimense, “EL CONSERVATORIO DEL  TOLIMA”

Cantar con el alma de nuestra raza en la ciudad musical de Colombia.

Se canta con el alma de nuestra raza y se interpreta  a ritmo de tiple, con raíces de guabina, torbellinos y pasillos.

Es la historia para no olvidar de una melancólica época, una temporada de esclavitud y despojo de tierras a través de una composición hecha torbellino que hincha el corazón, en la recopilación de sentires, de historias, tradiciones, quehaceres , música hecha sentimiento y  la visualización de  una tierra firme. Un bunde inspirado en el Espinal con siembras futuristas basadas en el rio Magdalena, donde Nicanor Velazques compositor y Poeta de Ambalema,  de dicha obra visualizo al Tolima por su ubicación geográfica como un potencial, dándole así la importancia de su época.

Canta el alma de mi raza, en el bunde de Castilla, cuando se habla de bunde, se dice que es una expresión a través del canto o del baile dependiendo la cultura y las tradiciones de algunas regiones de nuestro país; a través de un bunde se pueden expresar canciones y bailes que interpreten alegría o tristeza.
Canta el alma de mi raza, en el bunde de Castilla , hace  apología  y celebración a un  canto hecho historia donde lo característico  de nuestra raza  se  mezcla con las  distintas etnias llegadas a nuestro continente.

El maestro Castilla, al componer el Bunde, mezcló el bambuco de origen africano con el torbellino, tonada, canto y danza de características indígenas más pronunciadas entre la raza mestiza, que nacieron como cantos de viaje entre algunas tribus y la guabina. De estos viajes también nacen nuestros bailes tradicionales recordando con cada cuerda  nuestro ancestro y nuestra riqueza étnica y cultural, la raza tolimense, mezcla de Pijao, y Panche. Y este canto es sol que abraza. El sol es el astro rey que ilumina la gran pradera tolimense; es fuente de vida. Así mediante esta figura literaria, Nicanor Velasquez da a entender que el Bunde encierra toda nuestra cultura y da vida a nuestro folclor y riqueza cultural autóctona.

El Magdalena.

Nacer, vivir, morir, amando el Magdalena. La vida es un ciclo: lo que se abre, debe cerrarse. Este es el ciclo natural de todo ser vivo. El maestro Nicanor opta por este principio, para dar a entender que es la vida del tolimense, el amar la principal arteria fluvial del Tolima, de la cual nace la riqueza del departamento, el río Magdalena.
Las penas se hacen buenas y alegre el existir. Este amor al río Magdalena, lleva al tolimense en gran tramo de territorio por el que cruza el río, a que la economía sea próspera, pues como ya se dijo, es fuente de riqueza. Además el río ha dado origen a muchos elementos de nuestro folclor: platos típicos como el viudo de capaz o bocachico; a mitos como el Mohán y la Madre de Agua; la Llorona y la Pata Sola. Personajes de nuestra economía como los pescadores, así como las lavanderas, que nunca faltan en los cantos de nuestro folclor y en las páginas de los libros de nuestros escritores y en los cuadros costumbristas. Baila, baila, baila, sus bambucos mi Tolima .

El bambuco es la danza de mayor dispersión en el país, se encuentra en 13 de los departamentos. Su significado popular es el de un idilio campesino que expresa tímido balbuceo del amor en los pasos de una danza ingenua. Por ello su actitud es esencialmente discreta, de acuerdo con el carácter pudoroso de nuestra mujer campesina de la zona de cordillera. La pareja se muestra siempre con ademanes serenos y apenas insinuantes. El hombre la persigue delicadamente.
Y el aguardiente es más valiente y leal. Aquí el autor nos remite a otro aspecto de nuestro folclor. Nuestras tradiciones siempre han girado en torno a la bebida. Así nuestro pueblo empezó destilando el guarapo, licor que se convirtió en fiel compañero del tolimense, compañero en las alegrías, en las tristezas, en las penas.
Soy vaquero tolimense y en el pecho llevo espumas. Con este verso, el autor resalta la laboriosidad y tenacidad del tolimense.
Ibaguereño usted es Vaquero Tolimense, valiente, Leal, firme, perseverante, con tesón y dinamismo.

Interpretemos un bunde lleno de logros y alegrías,  Recuperémonos, contagiémonos y multipliquemos lo que somos y llevamos en la sangre, hagamos contribución en nuestro diario vivir a través de acciones que le recuerden al prójimo que ser Ibaguereño vale la pena, que ser Tolimense tiene su historia y un pasado  virtuoso que contar.

“Con el pecho lleno de espumas digo aquí y allá soy del Tolima”

Fuentes: Diario El Tiempo. 

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