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Los días a través de cuatro sentidos

Luis Ricardo es un hombre de 33 años, nacido y criado en el barrio Buenos Aires de Medellín, es Comunicador Social- Periodista de la Fundación Universitaria Minuto de Dios y actualmente estudiante de la especialización en Intervención Comunitaria de la misma institución.
Nación
Autor: Redacción Nación
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Los días a través de cuatro sentidos

A Luis Ricardo Castrillón Piedrahita, Medellín le huele a tierra húmeda cuando llueve. Ese olor le encanta, lo transporta. Él no puede ver la ciudad, pero con el mapa mental que ha construido con sus demás sentidos, la camina, la disfruta y la conoce. Le gusta Laureles, Belén, Buenos Aires por la cantidad de árboles, pero su parte favorita de Medellín definitivamente es el centro por su arquitectura e historia.

Recuerda la primera vez que caminó solo por la ciudad. Fue con ayuda de su profesor de refuerzo en la escuela de Ciegos y Sordos. Luis le dijo: “mano, yo quiero montar en bus de Campo Valdés al Centro”, y así hicieron un primer viaje de Campo Valdés al Centro y del Centro a Campo Valdés. Después de eso, comenzó a hacer sus viajes en bus estando solo y el resto fue carpintería.

Luis Ricardo es un hombre de 33 años, nacido y criado en el barrio Buenos Aires de Medellín, es Comunicador Social- Periodista de la Fundación Universitaria Minuto de Dios y actualmente estudiante de la especialización en Intervención Comunitaria de la misma institución.

Es devoto de la radio, amante del fútbol y de esta ciudad caótica que lo enamora con su arquitectura e historia. Su familia está conformada por su mamá, Luz Marina Piedrahíta; su pareja, Lorena Pinilla, que también es una persona ciega; María Alejandra, su hija de cinco años que no tiene ninguna discapacidad; Macarena, su perra guía, y Gatúbelo el gato de su pareja.

Castrillón Piedrahíta es una persona ciega de nacimiento y no le gustan los eufemismos ni disfrazar la realidad, aunque sea dura. Ser ciego no ha sido una mayor limitante, y cuando lo ha sido, ha contado con Macarena, su perra guía que ahora tiene 13 años y que hasta el año de la pandemia lo acompañaba a todos lados, pero a la que decidió jubilar. O con su mamá, Luz Marina, que se ha pasado tardes enteras con él en las bibliotecas buscando historias y en las ruedas de prensa buscando entrevistas; una mujer admirable que lo ha ayudado en todo momento.

Es ciego por una patología que se llama retinopatía del prematuro, se da principalmente en bebés nacidos con menos de 31 semanas de gestación y que en la incubadora tuvieron un crecimiento excesivo de los vasos sanguíneos en sus ojos. Aunque de pequeño vio algunos colores y formas, hoy solo puede ver la luz cuando esta es muy fuerte y es así como diferencia el día de la noche. Para todo lo demás, los sonidos, los olores y las texturas son su forma de moverse y conocer el mundo.

En la escuela de Ciegos y Sordos en el barrio Aranjuez aprendió algunas herramientas fundamentales para la vida de una persona ciega: el sistema de lectura y escritura Braille y a utilizar el bastón para movilizarse. Luego realizó su primaria y bachillerato en el colegio Nuestra Señora del Sagrado Corazón. 
En el 2007 llegó a la Fundación Universitaria Minuto de Dios -Uniminuto-, donde comenzó a estudiar eso que tanto quería y que en otras universidades le habían negado: Comunicación Social- Periodismo.

Allí le dijeron que ellos asumirían el reto de tenerlo en sus clases sin contar aún con libros en Braille, no con otras herramientas adaptadas para personas ciegas o alguna experiencia previa, además le dijeron que él sería tratado como cualquier estudiante. Y así lo hicieron, todos acogieron a Luis Ricardo con todo el amor, haciendo de su paso por la universidad una de sus mejores épocas y de las experiencias que más agradece.

Recuerda que una de sus mayores dificultades, pero también una de las experiencias más significativas, fue la clase de fotografía. La profesora le enseñó a tomar fotos con planos en alto relieve que ella misma elaboraba, mientras los demás estudiantes hacían sus prácticas. Así, el día del parcial, que fue en el Jardín Botánico, la profesora le dijo a la mamá de Luis Ricardo: “Señora, usted simplemente cumpla con enfocar la cámara que él ya sabe el resto”, entonces se gastaron todo el rollo de fotos y estas terminaron expuestas en el Cesde.

Otra de las materias que más recuerda fue Televisión, con el profesor Carlos Arboleda, quien le dijo: “Usted aquí se tiene que olvidar de todos los conceptos de la radio, me tiene que aprender a pensar en imágenes”. Como Luis Ricardo no podía manejar las cámaras, lo encargó de los guiones y para él fue muy difícil, pero lo logró hacer.

Más adelante Luis Ricardo comenzó a trabajar en lo que más le apasiona: la radio. Inició en Todelar, donde hacía parte del programa El balance positivo de Antioquia. Luego, gracias al interés que despertó Macarena en Andrés Felipe Guerra un día que fue a la emisora y la vio en la cabina, Luis Ricardo fue invitado al programa radial Sembremos País, de Ondas de la Montaña. Lo invitó para hacer una entrevista y a Luis le gustó tanto que se dio el aventón de pedir el empleo y terminó trabajando allí. 

En el 2016 se unieron dos de sus pasiones: la radio y el fútbol. Comenzó a elaborar crónicas, perfiles y narrar historias de el Verde, en la Onda Verdolaga. Llegó a cubrir la Copa Libertadores de ese año y para él fue un sueño hecho realidad, porque una de las cosas que más le gusta es estar en el estadio, sentir toda la energía y el aliento de la hinchada.

Más tarde, en el 2019, se presentó a una convocatoria de empleo de EPM para personas con discapacidad “como quien no quiere la cosa” y ahora lleva tres años y medio trabajando en esta empresa.  Durante sus dos primeros años realizó contenidos para medios internos en boletines: crónicas, textos con apoyo fotográfico y podcast de radio. Ahora está en la Unidad de Talento Humano, que se llama Transformación Cultural y en donde ha liderado la construcción de una estrategia para la sensibilización en lo referente a la inclusión de las personas con discapacidad.

Además de su vida laboral y profesional, a Luis Ricardo le gusta leer libros de periodismo y crónicas, aún más cuando estas tratan de historia, política y sociedad de cualquier parte del mundo. Para sus lecturas utiliza las herramientas adaptadas de su celular, que le permiten leer, chatear y navegar por su celular sin ningún problema.

Gracias a este tipo de herramientas que han ido apareciendo con los avances tecnológicos y a la apuesta por incluir a las personas con alguna discapacidad en espacios tanto laborales como personales, su calidad de vida ha mejorado en los últimos años. Sin embargo, reconoce que las personas que tienen alguna discapacidad aún se enfrentan a muchas barreras laborales, sociales y espaciales.

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