
Científicos alertan que el río Amazonas dejaría de pasar por Colombia en 2030
Expertos de la UNAL alertan que el flujo ya se redujo al 19,5% en los canales de Leticia.

Escrito por: Natalia Reyes
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Colombia podría perder el paso del río Amazonas en menos de cinco años. Según mediciones recientes, el caudal que ingresa al territorio nacional se ha reducido al 19,5%, frente al 30% que se registraba hace tres décadas. La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) advirtió que de no intervenir con urgencia, el río dejaría de bañar las riberas de Leticia y pasaría a concentrarse casi por completo en el canal peruano.
“La solución estaría en crear espolones y limpiar los sedimentos acumulados para que el agua pueda circular nuevamente sin problema”, afirma el profesor Santiago Duque, de la UNAL Sede Amazonia, quien lleva más de 35 años monitoreando el Amazonas.
El fenómeno no es nuevo. Desde 1993, estudios del Laboratorio de Estudios Hidráulicos de la UNAL alertaron que el 70% del caudal del Amazonas fluía por el canal peruano, mientras los dos brazos colombianos apenas captaban el 3%. A pesar de múltiples propuestas técnicas, como la construcción de espolones sumergidos o el dragado del estrecho de Nazareth, ninguna fue ejecutada.
“No hubo voluntad política para ejecutarlo: el país les ha dado la espalda a los ríos”, lamentó la profesora Lilian Posada, de la UNAL Sede Medellín.
El reciente estudio de campo, realizado el 25 de junio por el profesor Juan Gabriel León (UNAL Sede Palmira), utilizó un perfilador acústico de efecto Doppler para medir la velocidad y profundidad del río en el estrecho de Nazareth. El resultado confirmó la pérdida acelerada de caudal en el lado colombiano, donde las profundidades no superan los 6 metros y la corriente pierde fuerza por la acumulación de sedimentos.
“En épocas de aguas bajas ya no entra agua por el lado de Leticia, y eso es muy grave para el país”, alertó el profesor León.
La situación se agrava por causas estructurales como deforestación, minería y ganadería, que intensifican la erosión en la cuenca andina, aumentando la sedimentación. Esta, a su vez, favorece la formación de nuevas islas que alteran el cauce natural del río. En 1934 solo existían dos islas; hoy se desconoce cuántas hay.
Impacto en comunidades y biodiversidad
La pérdida del Amazonas no solo afecta el paisaje: pone en riesgo la vida de miles de personas. En los lagos y humedales de Yahuarcaca —alimentados en un 80 % por el río— habitan más de 3.000 indígenas de siete comunidades, entre ellas cocamas, tikunas y yaguas. Allí se han identificado más de 455 especies de peces, muchas de ellas de consumo habitual.
“El consumo de pescado llega a 20 kilos por persona al mes. Es un sistema que cambia cuando el río se aleja, perdiendo la capacidad productiva del territorio”, explicó el profesor Duque.
También se pone en riesgo el sistema cultural, económico y alimentario de estas comunidades, cuya historia está ligada al agua y su movimiento.
Mientras los científicos advierten el avance del problema, el Gobierno contrató estudios para ampliar el malecón turístico de Leticia, con el objetivo de recuperar la vista panorámica del río. Pero la obra podría resultar inútil si el Amazonas sigue su camino por el lado peruano.
“En Colombia cuando se interviene un río, la única solución planteada es hacer muros. Eso no resuelve nada”, advirtió Duque.
Según la modelación realizada por la Armada Nacional y los últimos hallazgos de la UNAL, el escenario previsto para 2030 —que el Amazonas no fluya por Colombia— podría anticiparse si no se actúa de inmediato.
El llamado es urgente: se requieren espolones, dragados y un rediseño completo del proyecto que permita recuperar el flujo hacia los canales colombianos. Septiembre, cuando el caudal es más bajo, sería el momento ideal para intervenir.
“Nunca será tarde para actuar, pero cuanto más tiempo pase más compleja será la intervención”, concluyó el profesor León.
Mientras el país ignora el problema, el río más importante del continente sigue alejándose. El tiempo para salvarlo se está agotando.