La reciente aprobación de la ponencia positiva de la reforma laboral en la Cámara de Representantes marca un punto crucial para el futuro de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Colombia. Si bien el objetivo central de la reforma busca garantizar mayor estabilidad laboral y mejorar las condiciones de los trabajadores, los impactos económicos para las pymes podrían ser devastadores.
El análisis del Banco de la República revela una estimación alarmante: un aumento en los costos laborales promedio que oscilaría entre un 3,2 % y un 10,7 %, dependiendo de la magnitud del impacto de la reforma. Este incremento es resultado de cambios significativos, como el reajuste de la jornada laboral y los recargos dominicales y festivos, además de la eliminación de la tercerización y los contratos por prestación de servicios.
Las pymes, que representan el 80 % del tejido empresarial del país, se verán particularmente afectadas por estos cambios. A diferencia de las grandes empresas, las pymes no cuentan con los mismos recursos ni capacidad de adaptación para absorber el aumento en los costos salariales. Según estimaciones del Banco de la República, esta reforma podría significar la pérdida de alrededor de 450.000 empleos formales en los próximos tres o cuatro años . Esta cifra, lejos de ser un ajuste, es un retroceso para un mercado laboral que ya enfrenta altos niveles de informalidad.
A esto se suma que sectores clave como el comercio, hotelería, turismo, y las actividades profesionales serían los más impactados por los incrementos en costos. Estos sectores son precisamente los que impulsan gran parte de las pymes, las cuales dependen de márgenes de ganancia pequeños y de la flexibilidad laboral para sobrevivir. Sin dicha flexibilidad, muchas empresas pequeñas podrían verse forzadas a cerrar o, en el mejor de los casos, reducir significativamente sus plantillas laborales, aumentando así la informalidad y la precarización del trabajo.
La reforma plantea un dilema que parece no tener fácil solución: mientras busca mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, podría llevar a la desaparición de miles de pymes, que son el motor de empleo formal en Colombia. Si bien es importante proteger los derechos laborales, las pymes necesitan condiciones regulatorias que fomenten su crecimiento y viabilidad, no que las ahoguen con cargas que no pueden soportar.
En conclusión, aunque la reforma laboral busca garantizar mejoras para los trabajadores en teoría y aumentar la formalización, su impacto en las pymes no debe subestimarse. Si no se ajusta para contemplar las realidades económicas de las pequeñas empresas, podría terminar siendo una estocada fatal para miles de emprendedores en Colombia.