En la Cámara de Comercio de Ibagué hay una verdadera podredumbre y su presidente Brian Bazin Bulla y los miembros de la junta directiva la están ocultando porque si se hace público se les cae el negocio.
Cada año, Bulla y sus secuaces disponen a su acomodo de cerca de $12.000 millones y disfrutan de salarios exorbitantes -para una ciudad pobre como Ibagué-, viáticos, hoteles por Colombia y el mundo, cuentas altísimas en restaurantes y otros gusticos más que se dan con los dineros que pagan los comerciantes locales y los recursos que les entrega la Alcaldía de Ibagué o la Gobernación del Tolima a través de convenios.
Según el presupuesto de 2023, la Cámara de Comercio de Ibagué destinó $6.700 millones en gastos personales, $272 millones para el pago de honorarios, $271 millones para costear viajes y $353 millones para un rubro denominado “diversos”. ¿Qué son diversos? ¿Por qué no muestran esas cuentas secretas?
Sería interesante publicar los extractos de la tarjeta de crédito que usa Brian Bulla, quien, según fuentes internas de la Cámara de Comercio, estaría viviendo “sabroso” con los recursos que con dificultad pagan los empresarios y emprendedores de Ibagué.
El hábil presidente ejecutivo modificó las normas internas para el uso de su tarjeta de crédito y ahora dispone de mayor amplitud para sostener su vida buena de hombre de estrato seis.
En dicho documento, publicado en junio de 2022, Bulla estableció sus propios requisitos para gastar: “Presidente Ejecutivo: La tarjeta de crédito corporativa, solamente podrá ser utilizada para cancelar los servicios de hospedaje, compra de tiquetes aéreos, restaurantes para realizar atenciones o atender reuniones de la entidad, que tengan como propósito de alguno de los objetivos del plan anual de trabajo o del giro ordinario de funcionamiento. Así como las compras que la Presidencia Ejecutiva considere urgentes o necesarias”.
Las comodidades de Brian Bulla les salen costosas a los afiliados de la Cámara de Comercio, pues, en un solo mes, según el testimonio de la exintegrante de la junta Tania Sierra, tuvo gastos por $26 millones con la tarjeta de crédito de la presidencia.
Y es por esto, precisamente, que los integrantes de la junta directiva y el cuestionado presidente ejecutivo se escudan en marrullas legales para ocultar la información.
Dicen que las normas internas de la Cámara de Comercio de Ibagué establecen, en resumen, que ellos tienen corona y pueden hacer lo que les plazca con la plata de los afiliados y los dineros públicos que reciben a través de convenios con entidades oficiales.
Pero acá la discusión no es jurídica, aunque EL OLFATO acudirá a la justicia para acceder a la información. Aquí estamos ante un asunto ético, pero de eso poco saben los señores de la Cámara de Comercio de Ibagué.
Bulla habría comprado el silencio de su junta directiva, presuntamente, con favores al interior de la entidad, intermediaciones secretas ante la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima, patrocinios de eventos o ferias, viáticos y paseos por el mundo.
Esta editorial buscó a los integrantes de la junta directiva Jaime Lizarralde y Miguel Fernando Castillo, para saber por qué toleraban el ocultamiento de información por parte del presidente ejecutivo, pero ninguno de los dos quiso pronunciarse.
Nota: Bulla, haciendo gala de su lagartearía, anda desesperado llamando empresarios cercanos a EL OLFATO para intentar silenciar a este medio, pero no lo logrará. No pudo hacerlo Orlando Arciniegas, que era más hábil, más inteligente y más poderoso, no lo hará usted que solo sabe vivir sabroso.