Eran cerca de las 7:00 de la noche del 16 de diciembre y la fila de personas doblaba la esquina del Centro Comercial Acqua, por la calle 60. Gente muy encopetada, mujeres muy elegantes y hombres de muy “alta clase”, eran quienes estaban a la espera del ingreso al evento del día, ese que se promovió en los medios de comunicación local y al que dieron como nombre “inauguración del centro comercial Acqua”.
La tarima estaba instalada en la entrada del centro comercial por la avenida Guabinal. Unas cuantas mesas muy glamurosas, comida y bebida, fueron la decoración del lugar. Más de 15 medios de comunicación, la farándula criolla, bellas modelos de protocolo, una alfombra roja a la entrada y como presentadora nada más y nada menos que la “novia” de Colombia, Carolina Cruz.
Empieza el evento con más de una hora de retraso. Se da la bendición por parte de un sacerdote, seguidamente el alcalde Luis H, agradece a la familia Franco – supongo que es de las familias más adineradas de la ciudad - posteriormente, “Carito” da una breve introducción de lo que significa tal lugar para el desarrollo de la ciudad. Luego invita a los asistentes para que den media vuelta y vean el video en el que los socios más renombrados dan su punto de vista sobre lo que es Acqua y de esta manera quedar todos contextualizados.
Coincidieron en que el centro comercial estaba construido para un beneficio de la sociedad ibaguereña y tolimense. Algunos expresaron que era un lugar diseñado para el goce y disfrute de las familias que habitan en la capital musical. Un espacio netamente para ellos.
Los aplausos iban y venían, la tensión era alta porque se acercaba el momento que todos esperaban. La presentación del caballero de la salsa, Gilberto Santa Rosa. Se corta la cinta de inauguración y sin más preámbulos entra la orquesta femenina, que acompaña al que para mí, es la eminencia del género. En tarima el cantante y comienza el show.
Muchas fotos para las revistas sociales de la ciudad, emoción de unos pocos y el disfrute de todos producto del gran talento de quién cantaba.
La gente no asimilaba que un artista de tal categoría estuviera en Ibagué. Los carros pitaban, se aglomeraron transeúntes en la estación de servicio que queda justo al frente. En la parte trasera desde los edificios salieron a corroborar si era una pista o era el artista interpretando sus éxitos.
Las partes de los andenes desde donde se podía visibilizar el espectáculo estaban casi llenos. Los chicos de camisa blanca que hacían parte del protocolo estaban pendientes de las vallas de seguridad que rodeaban el evento. La Policía estaba atenta y la gente curiosa. Todos preguntando, ¿Hay qué pagar? ¿Dónde se compran las boletas? ¿Ya no puede ingresar más gente?
La respuesta por parte de logística era clara. “NO SEÑOR (A), ES UN EVENTO PRIVADO”. Pero, ¿acaso no era pues la “Inauguración del Centro Comercial Acqua”?... pues claro que lo era, lo curioso es que a esa “inauguración” no estaba invitada precisamente la gente que en realidad mantendrá vigente las marcas que hacen parte de los 142 locales que componen la que se considera la mayor infraestructura que aportará desarrollo a la ciudad.
Fueron cerca de 400 personas las que estaban dentro del evento, de las que su mayoría eran socios e inversionistas y, siendo optimistas, 200 hacían parte de la gente del común, que tuvo la fortuna de ganarse una de las 100 boleticas que se sortearon entre los compradores del centro comercial. Lo bueno es que eran pases dobles. Un buen intento por parte de las directivas de Acqua, para involucrar a los ibaguereños a la inauguración del sitio que está diseñado NETAMENTE para el goce de las familias que habitan la ciudad.
Pero como dice el mismo Gilberto en una de sus canciones “por mi parte todo está muy claro”, esto no fue ninguna inauguración. Esto fue un evento para la integración de socios e inversionistas, tal como lo dijo, en entrevista telefónica, el gerente Juan Guillermo Franco, “queríamos hacer algo privado para integrar a los socios e inversionistas, además por el espacio no queríamos generar un traumatismo en la ciudad pues estamos en medio de una avenida muy rápida. Sin embargo se podía ver desde muchos puntos”
Entonces “que alguien me diga” cómo denominan “inauguración del Centro Comercial” a un evento social restringido, en el que más de uno se sintió discriminado. Les hubiera resultado mejor hacer su fiesta en el Club Campestre y allá rodar un video para que sus invitados vieran cómo se ve Acqua con gente del común haciendo compras.
Ahora bien, habrá que ver si esa misma reserva al público la van a tener en los locales, para que la gente no entre a gastarse su prima, su sueldo y los ahorros del año, en la ropita y los regalos de navidad. Porque el Centro Comercial Aqcua, a pesar de ser un gran aporte a la economía, los negocios y la inversión en la ciudad, no va a subsistir únicamente de las compras que los socios e inversionistas se hagan entre sí.
Por el contrario, estoy casi segura, que gran porcentaje de sus futuras ganancias se las darán aquellos ciudadanos que se quedaron viendo a Gilberto Santa Rosa desde el semáforo, la bomba y los andenes.