"Vamos a desaparecer si el Gobierno no nos da buenas soluciones": César Ramos, gerente de Roott+Co

Para nadie es un secreto que cada sector de la economía se ha visto gravemente afectado por la llegada del COVID-19. Aunque ya pasó un año desde entonces, aún hay gremios que no han podido ver una reactivación ni un nuevo comercio. Un ejemplo de ello, es el textilero.

El propietario y gerente general de la empresa tolimense Roott+CO, César Ramos, indicó que no se les está brindando una verdadera ayuda por parte del Gobierno Nacional, lo que podría causar que se dejen de producir prendas en Colombia y se abra paso a la importación, ocasionando así una angustiante situación de desempleo en el Tolima y el país. 

“En este momento con el tema de la pandemia y la crisis que desde antes tenía el sector, estábamos esperanzados en que unas medidas más proteccionistas de la industria nacional nos fueran a salvar de esta situación, pero lamentablemente vemos que el Gobierno está anunciando una medida que para nada nos va a servir”, explicó.

Asimismo, dijo que esto se debe a que los aranceles que les estaban poniendo no existen en el mercado.

“Hablan de un 40 % para jeans, entre $ 10.000 y $ 11.000, que eso no existe. Camisetas entre $4.000 y $5.000 que tampoco existen. Entonces son medidas que se ven como un gran arancel, pero en realidad no funcionan y están grabando productos inexistentes en el mercado”, indicó.

“Estas soluciones que nos plantean son como para que salgan en las noticias, pero no producen ningún efecto”, añadió.

Así pues, manifestó que esto conlleva a que no tengan otra opción más que dedicarse a importar productos, ya que fabricarlos saldría mucho más costoso.

“Si seguimos insistiendo en producirlos en Colombia, vamos a dejar de ser competitivos con otras marcas que están llegando al país. Al final vamos a terminar desapareciendo, lamentablemente”, expresó con tristeza.

También, reiteró que si la situación continúa como hasta ahora, los empresarios del sector textil van a empezar a migrar hacia la importación y no mantenerse en la producción.

“Esto debido a que es un 60 % más costoso producir ropa en Colombia en comparación con un país como Bangladesh, por eso los aranceles son la medida para nivelar esa competencia”, puntualizó.

Del mismo modo, Ramos señaló que esta situación va a desembocar en más desempleo a pesar de que durante la pandemia ha logrado sostener a más de 400 empleados.

“Nosotros hemos aguantado toda esta crisis y hemos mantenido los puestos de trabajo esperanzados en que van a venir cosas buenas para el sector. Teníamos la ilusión de que el Gobierno iba a ratificar lo que el Senado propuso y mantuvo en el Plan de Desarrollo, el cual fue tumbado después por la Corte Suprema”, dijo.

Por su parte, aseguró que de empezar con este proceso de importación se irían acabando las más de 1.000 microempresas que trabajan haciéndoles productos a las marcas. Esto sumado a los empleos que generan directamente.

“Al final de los 18.000 empleos que da este sector en Ibagué quedarán 2.000 o 3.000 para reaccionar a dotaciones y cosas muy puntuales, porque el mercado masivo en general va a terminarse importando”, afirmó.

En este sentido, explicó que si el Gobierno Nacional no toma ‘cartas en el asunto’, no se podrían ampliar las plantas de producción y, por el contrario, tendrían que reducirlas y ponerse a importar para no desaparecer.

“En los centros comerciales estamos compitiendo con marcas a nivel mundial y ellos tienen mejores condiciones que nosotros en la compra de la mercancía, y si no las igualamos, nos toca producirlas en países de Asia que son mucho más baratos”, expresó.

“Eso no es lo que queremos como empresarios ni como colombianos, queremos que el país salga adelante y eso pasa teniendo un empleo digno”, concluyó.