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Teletrabajo: inexplorada alternativa para generar empleo y crecimiento en Ibagué

El economista dijo que el sector público y privado deben articularse para aprovechar las ventajas que tiene Ibagué frente a otras ciudades, y lograr así dinamizar la economía local.
Ibagué
Autor: Redacción Ibagué
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Redacción Ibagué

El economista y analista de opinión Eduardo Bejarano dijo que el trabajo desde casa o 'teletrabajo' no ha sido una prioridad para esta y la anterior Administración Municipal, lo que ha impedido que ese modelo se implemente y consolide en Ibagué. 

De acuerdo con su planteamiento, lo que se ha hecho en la mayoría de empresas locales desde que inició la pandemia del COVID-19 es laborar de manera remota, sin las formalidades que establece la normatividad en Colombia. 

Por ello, indicó que el sector público y privado deben articularse para aprovechar que la capital tolimense tiene grandes ventajas frente a otras ciudades, con el fin de que los trabajadores y empleadores pongan sus ojos en la región, y se logre así dinamizar la economía. 

EL OLFATO: Usted dirigió desde el Ministerio del Trabajo la política nacional de teletrabajo por casi 5 años y promovió la adopción del modelo en varios sectores y regiones. ¿Cómo estamos acá con el tema del Teletrabajo?

Eduardo Bejarano: Primero debo aclarar que la política de Teletrabajo tenía dos pilares, el técnológico en Mintic y el contexto normativo-laboral en el Ministerio del Trabajo. Y en cuanto a su pregunta, desafortunadamente no hay mediciones o estadísticas que permitan medir cómo está Ibagué y el Tolima en materia de Teletrabajo.

Sin embargo, creo que a las malas este modelo despegó en medio de la pandemia y eso es algo que se debe revisar y potenciar.

E.O: ¿Cómo así que a las malas?

E.B: Pues a las malas porque a pesar de que promovimos la firma del pacto por el Teletrabajo en Ibagué en 2015 y de que trabajamos en articulación con el Concejo para que Ibagué tuviera un acuerdo municipal en la materia (Acuerdo 007 de 2014), desde la administración pública el tema no ha tenido prioridad.

Y sin apoyo desde lo público en articulación con lo privado es muy difícil que el modelo se implemente y consolide. Entonces ha sido a las malas porque el COVID-19 obligó a muchos a adoptar el modelo de trabajo remoto de manera apresurada y sin las formalidades que consigna el marco normativo para considerarse teletrabajo, en especial en lo concerniente a los riesgos laborales.

Así pues que lo que estamos viendo es en su mayoría trabajo remoto y no teletrabajo.

E.O: ¿O sea que su amigo Guillermo Jaramillo y el actual alcalde se quedaron cortos en la materia?

E.B: Primero, usted sabe que ese individuo no es mi amigo. Pero sí, creo que se quedaron cortos pues lo que se consignó en el plan de desarrollo “Por Ibagué con Todo el Corazón” y en el “Ibagué Vibra” el tema se incluyó de manera marginal, en donde el compromiso se limitó a implementar el modelo en la Administración Municipal.

E.O: ¿Y cuál fue el balance entonces con Jaramillo y ahora con Hurtado?

E.B: Pues con Jaramillo el tema se quedó en la expedición de una resolución sin que se hubiera implementado efectivamente el modelo. Así que el Teletrabajo en ese cuatrienio corrió la misma suerte que Agrópolis, que la compra del helicóptero, que la construcción del tranvía, la compra del Deportes Tolima o la terminación del acueducto complementario. Es decir puro cuento.

Ahora no se en qué va el tema, pero advierto una inmensa oportunidad para Ibagué si desde lo público se lidera y se generan las condiciones para que el modelo se consolide.

Recuerde usted que en diversas mediciones recientes el tema que más le preocupa a los ibaguereños es el desempleo. Hay que pensar distinto y actuar en frentes inexplorados para generar empleos, pues si nos quedamos apostándole a lo tradicional estaremos condenados al fracaso y a seguir registrando mes a mes altas tasas de desempleo e informalidad laboral.

E.O: ¿Qué oportunidades le ve al tema en la ciudad?

E.B: Pues además de temas relacionados con ahorros en tiempo de desplazamiento, inclusión laboral de personas en condición de discapacidad, ahorros en arrendamiento de inmuebles o mayor productividad, lo que el mundo entero está experimentando es una acelerada adopción del Teletrabajo en distintos sectores.

Y eso representa una oportunidad para Ibagué porque el COVID-19 generó que mucha gente quiera irse de las grandes ciudades a zonas rurales o ciudades más pequeñas y trabajar a distancia.

Entonces esa lógica que están viviendo ciudades como Londres o Nueva York, se está viendo en las grandes urbes en América Latina, y eso es una oportunidad para ciudades como Ibagué para atraer mano de obra calificada que se instale en la ciudad y pueda trabajar desde acá, consumiendo bienes y servicios acá, o que personas que ya viven en la ciudad y que tengan las calificaciones necesarias, puedan trabajar para empleadores ubicados en otras regiones del país o en otros países. La movilidad laboral ahora ha pasado a la virtualidad.

E.O: Pero no todo el mundo puede estar a distancia y trabajando desde casa. ¿No es muy limitado el alcance de este modelo?

E.B: Tiene razón, no todos los trabajos y actividades son “teletrabajables”. De hecho, un estudio de la CEPAL sugiere que el teletrabajo no es posible en un 76% de los empleados en América Latina y el Caribe.

Pero aún así, eso deja casi la cuarta parte de la fuerza laboral que si podría adoptar el modelo. Y lo que pasa es que ese en 76% están representados los millones de trabajadores informales, pero en la Unión Europea la penetración del modelo alcanzó gracias a la pandemia un 40% de la fuerza laboral en 2020.

Es más: el porcentaje de empleos en los que es posible el teletrabajo supera el 50 % en algunas regiones del Reino Unido, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Suecia. En la medida en que en estas latitudes se disminuya la informalidad, el modelo puede alcanzar mayores niveles de penetración.

E.O: Según su visión, ¿qué tiene y qué no tiene Ibagué para impulsar este modelo de trabajo?

E.B: Tiene varias ventajas, en donde incluiría menores costos de vida, menor costo y alta oferta de vivienda y un capital humano formado en diferentes áreas gracias a que nos hemos convertido en una ciudad universitaria.

Y otro elemento, tal vez que beneficia al país, es que comparados con muchos países los costos laborales son menores y eso puede resultar atractivo para muchos empleadores.

En cuanto a las falencias, hay cosas como las intermitencias en el servicio de energía, las bajas velocidades de banda ancha, las limitaciones de conectividad en zonas rurales y la escasa oferta de personas que hablen una segunda lengua.

Pero precisamente desde lo público con el concurso del sector privado, debería analizarse esto para proponer los ajustes que le permitan a Ibagué incrementar el número de teletrabajadores y, porqué no, ser un referente en la materia.

Le recuerdo que tanto Fenalco como la Cámara de Comercio de Ibagué suscribieron el Pacto por el Teletrabajo y se adquirieron unos compromisos, pero parece que ese pacto a muchos solo les sirvió para salir en la foto.

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