Samanes del parque Centenario se niegan a morir
A más de un año de la tala de cinco árboles de la especie samán que rodeaban el parque Centenario, se empieza a evidenciar un nuevo brote en dos de ellos.
El hecho es visto con buenos ojos por ambientalistas y ciudadanos que trabajan por la protección del emblemático lugar.
Sin embargo, se generaron varias inquietudes. Entre ellas está cómo se van a preservar, para evitar hechos trágicos como el ocurrido en abril de 2022, cuando un árbol que al parecer le estaban haciendo poda y mantenimiento, cayó sobre un hombre y le quitó la vida. (Ver más: Murió el padre de familia golpeado por un árbol en el Centenario y ordenan el cierre del parque)
Ante dicho antecedente, algunos transeúntes comentaron si a las autoridades locales les interesa volver a tener sobre la calle 10, la frondosidad de los centenarios samanes.
“El crecimiento no se puede dejar a la deriva”
Para conocer en profundidad la naturaleza de dichas especies, EL OLFATO consultó a expertos en el campo forestal y coincidieron en que si los samanes dieron señales de recuperación, se debería trabajar para preservarlos.
De la misma forma, explicaron que hay ecosistemas boscosos con la capacidad de resurgir, porque tienen unos órganos que se denominan yemas latentes, de allí salen los brotes que permiten la reconstrucción de la arquitectura del árbol.
“Es decir, a partir de una yemita que se active y se genere una ramita, si ella sobrevive con el transcurrir del tiempo, esa ramita puede nuevamente rebrotar, dependiendo (de) la oferta ambiental que haya en el entorno”, indicó un respetado Ingeniería Forestal que prefirió mantener en reserva su nombre.
Agregó, que si la oferta ambiental es adecuada, un árbol como el samán puede recuperar su copa en un lapso de tiempo que puede ir entre los cinco y siete años.
“Siempre y cuando se tenga los cuidados suficientes para que ese órgano del árbol esté activo y se mantenga el aire, es decir, es necesario fertilizarlos, en la época de sequía mantenerles la humedad y que no toquen el rebrote porque son órganos que están muy sensibles”, agregó.
Con respecto a los árboles ubicados en un corredor peatonal diariamente transitado, la recomendación es no tocarlos, igualmente, a quien corresponda monitorearlos, pues el crecimiento no se puede dejar a la deriva.
“Hay que mirar el estado, si la yema está saludable, si está creciendo adecuadamente, eso es importante. Entonces, ese monitoreo permite tomar decisiones”, señaló.
El profesional expuso que la recuperación de los samanes depende de un cuidado que deben hacer las autoridades encargadas y la ciudadanía.
Además, precisó que teniendo en cuenta lo ocurrido el año anterior, se debe ser muy vigilante de los árboles y darles la oportunidad de volver a renacer.
Seguimiento permanente
De otra parte, Camila Reyes, integrante del colectivo Cuidadores del Parque Centenario, opinó que hasta el momento no se ha visto algún cuidado por parte de la Administración Municipal o que se adopten medidas como cercarlos para evitar que “las personas lo toquen, pasen y los dañen y que el poco brote que ellos han tenido siga siendo real”.
La ambientalista explicó que a raíz de la tala surgieron varias organizaciones ciudadanas con el fin de proteger los árboles, aunque no se han podido constituir como veedurías, desde Cuidadores del Parque Centenario hacen un seguimiento permanente.
Ello, con el fin de evitar “que toda la administración que ha tenido esta Alcaldía haga una nueva intervención, gane alguna licitación y afecte nuevamente los árboles de la ciudad”, concluyó.
EL OLFATO se comunicó con la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo del Municipio para conocer de quién es la responsabilidad de cuidar los samanes y si harán trabajos para su preservación.
También, se consultó qué labores puede adelantarse desde Gestión del Riesgo a modo de prevención, teniendo en cuenta el suceso del año anterior, en donde una persona perdió la vida.
Sin embargo, no se recibió respuesta. Este medio queda atento a cualquier pronunciamiento.