fbpx María Elvia Rojas, la docente que ha trabajado por una educación inclusiva | ELOLFATO.COM - Noticias de Ibagué y Tolima Pasar al contenido principal

María Elvia Rojas, la docente que ha trabajado por una educación inclusiva

Con 35 años de trayectoria, ha vivido la evolución de la educación en Ibagué y ha facilitado el aprendizaje de niños con capacidades diversas.
Ibagué
Autor: Paula Sofía Núñez Beltrán
Autor:
Paula Sofía Núñez Beltrán
María Elvia Rojas, la docente que ha trabajado por una educación inclusiva

Las palabras, transformar e incluir, describen con exactitud la labor de María Elvia Rojas, una docente, quien, en el transcurso de sus 35 años de experiencia profesional, ha contribuido a la formación de miles de seres humanos.

La inclusión ha sido el eje de su labor, debido a que, en más de tres décadas de docencia, ha luchado por darle calidad educativa a quienes poseen capacidades diversas. 

Su rol de docente lo combina con el de madre, pues su más grande amor es su hija, María José Castañeda, con quien pasa cada fin de semana viendo películas y series. 

Su lado amoroso sale de las cuatro paredes de su casa y se traslada al salón de clases, donde busca apoyar y enseñar a los niños de la Institución Educativa Sagrada Familia sede Julia Calderón.

“Me gusta más ser amorosa con los niños, pero cuando me toca hablarles duro, les hablo duro”, afirmó. 

Sus metodologías de enseñanza buscan mejorar las habilidades de sus estudiantes.

"Tengo un cuaderno de quejas y reclamos, donde me dan las quejas por escrito, para que aprendan a manejar la lectura y escritura", describió la docente. 

Del mismo modo, para que sepan escribir sus nombres, creó un cuaderno de asistencia que ha permitido que los niños mejoren su letra.

35 años formando seres humanos

Sin buscar el camino de la educación, este llegó a ella por cuestión del destino. Aunque, deseaba ser psicológa o profesora de matemáticas, la vida la llevó a ser las dos: docente de básica primaria.

En sus primeros siete años de experiencia, fue docente en veredas. Trabajó en: La Linda, Coello Cocora, Ramos y Astilleros y en el Simón Bolívar.

“Allá en La Linda, me tocaba irme los lunes y volver los viernes. Si no salía los viernes en el carro de la leche que me traía a las 11:00 de la mañana, ya me tocaba volver el sábado”, recordó María Elvia

En esa época, quien se encargaba de pagarle a los docentes era el Concejo de Ibagué, porque aún no existía la Secretaría de Educación.

“Los presidentes de la Junta de Acción Comunal aceptaban que nos pagarán. Nos tocaba ir a las cantinas de la primera a que nos firmaran el salario. Nos tocaba duro”, resaltó.

“Hasta en un tiempo tuvimos problemas con el M19. Nos citaron un domingo para que fuéramos a un sitio muy lejano. Ellos querían hacer reuniones en las escuelas. Entonces, nosotros les dijimos que no porque si lo hacíamos, las veredas se quedaban sin docentes”, agregó.

Cuando en 1992, el exalcalde Rubén Darío Rodríguez certificó a Ibagué como municipio, empezó a armar la planta oficial de docentes. 

“Primero, nos iban a nombrar en las zonas rurales, pero el secretario de Educación, Andrés Rocha, dijo que para qué nos iban a mandar a nosotros, que nos nombraran aquí en la ciudad”, mencionó.

28 años trabajando por la educación inclusiva

En 1995, María Elvia llegó a la Institución Educativa Sagrada Familia sede Julia Calderón.

El tiempo en el colegio le permitió evidenciar su cambio, debido a que de ser un espacio para que estudiaran básica primaria, una institución femenina, a lo que es ahora, una educación mixta.

En 2001, conoció a su primer estudiante con discapacidad en el salón de una de sus compañeras, María Luz Delgado, recibió a un niño con parálisis cerebral y le enseñaron con regletas para que aprendiera a escribir.

Del mismo modo, recién nombrada le preguntaron si podía trabajar con un niño hipoacúsico, su nombre era Daniel.

“Él medio escuchaba y medio hablaba, lo hacía a los gritos. Entonces, yo hablé con los compañeritos para que le colaboraran en el trabajo de clase", comentó.

"Si él quería cantar, aunque no cantaba, todos le aplaudíamos y felicitábamos. Así, trabajábamos con él”, agregó. 

Desafortunadamente, cuando estaba en tercer grado con él, los directores y coordinadores cambiaron al niño de salón de clases.

“Me cambié para la jornada de la mañana y no volví a saber nada del niño. Cuando llegó el tío y me dijo, me va a hacer el favor de recibir a Daniel, porque imagínese, después de estar en segundo, lo bajaron para preescolar. Entonces, le dije, ya él tiene buenas capacidades, él puede”, recalcó. 

Así que fue su docente hasta quinto grado, cuando empezó a rotar la enseñanza con sus compañeras de trabajo. 

Enseñar para la inclusión

“Tuve una niña, llamada María Paula Pérez, quien estaba en silla de ruedas. Ella antes estudiaba en un colegio privado, donde los niños la tiraban al piso, le tumbaban la silla de ruedas y la molestaban. Entonces la niña nunca había progresado", afirmó la profe.

Con su espíritu altruista, le dijo a la mamá de la niña para que la cambiara de colegio a grado tercero, hizo en un año primero, segundo y tercero.

Su cambio fue drástico, gracias a la docente, logro sostener su mano, ya que su capacidad diversa, se lo impedía. Asimismo, los compañeros de estudio fueron de grande ayuda para ella. 

“A veces se ponía con la silla de ruedas y se me iba para atrás. Yo le decía “María Paula, usted, ¿por qué se paró el puesto a molestar?” Entonces yo la trataba, como a todos", mencionó.

Hoy en día tiene alumnos que son abogados, ingenieros, y como Paula, estudiantes de Psicología.

Trabajar con niños con discapacidad se ha convertido en una de las enseñanzas más valiosas de su vida. María Elvia, como decenas de docentes de la ciudad, ha impactado en la vida y formación de miles de habitantes de Ibagué. 

Ella es la clara muestra de la docencia como profesión transformadora de vidas y constructora de sociedad. 

© 2024 All reserved rights.
Diseño y desarrollo web por Micoworker