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Hasta México llegó investigación de biólogos de la UT que le apuesta a la conservación de los crocodilianos en Colombia

Dos jóvenes profesionales socializaron su trabajo de investigación en la Reunión Mundial de Especialistas en Cocodrilos, evento en el que participaron más de 200 especialistas de 35 países.
Ibagué
Autor: Ruddy Díaz
Autor:
Ruddy Díaz
Hasta México llegó investigación de biólogos de la UT que le apuesta a la conservación de los crocodilianos en Colombia

Carlos Felipe Hernández Gónzalez y Juan Felipe Moncada, biólogos de la Universidad del Tolima (UT), llegaron hasta México para socializar en la Reunión Mundial de Especialistas de Cocodrilos su investigación para la conservación de estos reptiles crocodilianos en el país. 

En el evento, en donde participaron 200 especialistas de 35 países del mundo, los jóvenes egresados de la UT lograron mostrar su trabajo de cuatros años, en donde evaluaron aspectos biogenéticos, poblacionales y de historia natural de los crocodrilianos del Alto Magdalena, específicamente, la babilla y el caimán aguja. 

La investigación 
 

Hernández Gónzalez indicó que el proceso de investigación socializado en México inició con babillas del departamento del Tolima, utilizando marcadores moleculares para responder preguntas puntuales acerca de dónde vienen dichos organismos.

Durante ese proceso, los investigadores fueron llamados para resolver un caso particular: un caimán aguja que había aparecido en la isla de San Andrés.

“La idea era trasladarlo a su lugar, pero no sabíamos hacia dónde. Al compararlo con los individuos de Centroamérica y Colombia, encontramos que el animal era casi que idéntico a las poblaciones del río Magdalena”, señaló Hernández González. 

Luego de identificarlo, pasaron al animal por un lector de chip para determinar si tenía uno, puesto que esto permitiría saber si el caimán pertenecía a un zoocriadero, sitio donde se crían especies de fauna silvestre para su aprovechamiento. 

“En San Andrés no pudieron tener un lector de chip para saber si tenía uno, pero una vez en el continente, cuando le pasaron el lector,  se dieron cuenta que tenía un chip y que ese animal venía de un zoocriadero, precisamente en la región donde había mayor compatibilidad genética, según nuestros análisis”, explicó el biólogo. 

En la investigación socializada en México, también participaron a los profesores Carlos Fernando Prada Quiroga de la UT;  Sergio Alejandro Balaguera Reina, de la Universidad de Ibagué y Florida, EEUU, así como con otros investigadores de Colombia y el exterior

“Nuestro proyecto tuvo muy buena acogida, cuando se presentó el trabajo les pareció muy interesante. Con estas etapas lo que hicimos fue llenar vacíos de información  y ahora nos proponemos un avance más robusto para un impacto directo de la conservación del caimán aguja”, puntualizó Hernández González. 

¿Por qué investigar sobre  los crocodilianos?
 

El biólogo Hernández, que se encuentra estudiando una maestría en la Universidad Nacional, explicó que la importancia de investigar sobre los crocodilianos radica en la pérdida de la biodiversidad. Actualmente, existen alrededor de 26 y 27 especies de crocodilianos, y cerca de la mitad está en peligro de extinción. 

Estos individuos están mucho antes que los dinosaurios, sobrevivieron a esa extinción masiva del meteorito, prosperaron, pero, sin embargo, no han logrado sobrevivir a nosotros. Solo para pensar en el daño que hemos hecho como especie”, explicó. 

Esto se ha dado porque  los seres humanos han realizado un aprovechamiento de los crocodilianos de forma no sostenible, ya que, los crían y los utilizan para productos o comida y no hacen su correcta liberación para que ellos puedan reproducirse. 

Los crocodilianos cumplen un papel esencial como controladores de las plagas. Por ejemplo, en Brasil y Argentina, las pirañas y los caracoles han causado daño en las personas por su rápida reproducción y poco control por la falta de depredadores como los cocodrilos o caimanes. 

Además, estos animales son utilizados por las comunidades indígenas colombianas para el aprovechamiento de la grasa para remedios y rituales.

Jugársela por la investigación 

 

Para Hernández González  las personas que sientan esa curiosidad innata de hacerse y resolver preguntas deberían jugársela por la investigación, un camino que para él ha sido bonito y lleno de sentimientos de gratitud. 

"Resolver problemas y más tan concretos como los que se enfrenta la humanidad siempre va a requerir un apoyo desde la academia y la ciencia. El papel de la academia es precisamente aportar para tomar decisiones adecuadas para resolver problemas", finalizó. 

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