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La ruta de Tatiana Sánchez, entre caídas y triunfos

Conozca el relato de esta mujer tolimense que, luego de permanecer más de 18 días en UCI, se levantó para seguir pedaleando y consagrarse como una de las mejores ciclistas aficionadas del país. 
Historias
Autor: Ruddy Díaz
Autor:
Ruddy Díaz
La ruta de Tatiana Sánchez, entre caídas y triunfos

Hace 37 años, Ibagué vio nacer a Jenny Tatiana Sánchez Ochoa, una mujer apasionada por las matemáticas y el deporte. Ser profesional en la primera área la hizo conocer la docencia y ser aficionada al deporte la llevó a descubrir la bicicleta, de la cual se ha caído y levantado innumerables veces. 

Al culminar su carrera profesional en la Universidad del Tolima, Sánchez Ochoa empezó a laborar en Prado, pero su trabajo le imposibilitaba seguir su rutina fitness, por lo que en el camino se encontró con la bicicleta. 

Trabajaba en las mañanas y en las tardes pedaleaba. “Empiezo a montar y hacer variaciones de las distancias, empecé con 15 kilómetros y aumenté a  60 kilómetros diarios en zona plana. Yo quería cuidarme y estar en forma porque hacía fitness, pero una buena alternativa era la bici”, precisó 

Con el tiempo y su constancia, Tatiana comenzó a hacer ‘mountain bike’ con un grupo de amigos de Ibagué.

“Cuando yo iba a montaña no me importaba llegar toda embarradita, no importaba el agua, no importaba nada”, señaló. 

No obstante, luego de experimentar con la montaña, encontró el ciclismo de ruta, convirtiéndose en una competidora aficionada de ciclismo, logrando participar en eventos deportivos en Antioquia, Estados Unidos y Panamá.  

“Evidentemente, conocí el ciclismo muy tarde porque genial hubiera sido ser una ciclista profesional, porque los recreativos estamos bastante lejos de esto”, dijo. 

Las caídas de la ruta 

Tatiana siempre se ha catalogado por ser una mujer competitiva, a la que le gusta retarse para darse cuenta de lo que puede lograr. Así que, con este espíritu, decidió competir en febrero del 2021 en un evento nacional de ‘mountain bike’. 

“Yo dije sí, lo voy a hacer, voy a disfrutar y voy a ser muy cuidadosa. Yo me sentía físicamente muy bien para una competencia de 63 kilómetros, una carrera muy dura en Risaralda, entre Dosquebradas y Pereira”, explicó. 

Sanchéz arrancó con determinación la competencia y, en el kilómetro 53, cerca a la meta, miro al cielo y dijo: “Gracias Dios porque no me caí”. Pero, sucesivamente, tocó el piso, perdiendo el conocimiento y cortándose la cara con el marco de las gafas que llevaba puestas. 

“De alguna manera, yo siento que tenía que hacer un alto en la vida, y a veces uno por las buenas no entiende y toca por las malas. Pierdo el conocimiento, me paro y sigo porque iba de segunda”, relató. 

Tras ese accidente, Tatiana fue intervenida quirúrgicamente por la herida en su cara e incapacitada 15 días, mientras se recuperaba de esta caída. 

“Me reintegro yo al trabajo y empiezo a sentir esa desconcentración porque mi trabajo es muy exigente. Yo tengo 25 docentes y  3.400 estudiantes, debo mediar con ese grupo de trabajo”, explicó. 

Sin embargo, la mujer continuó con sus labores diarias. Pero, el 29 de abril de 2021, empezó a sentir unos dolores de cabeza incontrolables, sin embargo, pese a esto, ella seguía trabajando y entrenando. 

Ese día, la deportista competía nuevamente en ‘mountain bike’, en una ruta hacia Santa Isabel. “Se armó una fuga entre tres ciclistas, quedamos dos. Cuando entramos a Junín, yo sentí que se me estalló algo atrás fuerte en la cabeza. Yo trataba de tomar aire y no podía, pero terminé la carrera”, señaló. 

Aunque llegó a la meta, ella se sentía indispuesta, por lo que decidió irse a Ibagué a descansar y prepararse para el circuito del segundo día.

“Yo ese día me tomé mi gel de cafeína porque es un circuito. Yo dije me voy en la bici porque voy a calentar”, contó. 

No obstante, el circuito no se llevó a cabo por la situación de orden público del país, y en el cuerpo de Tatiana quedó ese energizante. La ciclista, quien logró el segundo puesto en dicha competencia, se fue a celebrar el triunfo con sus amigos de rodada. 

“Me fui a un asado y empecé a tomar una cerveza. Cuando empiezan a servir la comida la veía con asco y la cabeza me hacía como ‘tum, tum’. Ese día solo deseé estar en mi casa, estaba muy fastidiada”, explicó. 

Así que decidió irse a su hogar, pero los dolores aumentaron, por lo que se dirigió a urgencias. Ya en la clínica, le trataron sus síntomas como un cuadro de estrés, por lo que recibió medicamentos y fue enviada a casa. 

“Al otro día, lunes laboral, empiezo a trabajar desde mi casa, supe que estaba mal y le avisé a mi papá. Me llevaron a otra clínica, nuevamente lo tratan como estrés, y regreso a la casa, donde mi hermana me devuelve a la clínica”, precisó. 

La bicicleta de Tatiana dejó de rodar 

Tatiana ingresó a la Clínica Medicadiz a las 11:30 de la noche por una trombosis que paralizó la mitad de su cuerpo.  “Yo sentí que me iba a morir  porque vi los ojos de mi abuela que se había muerto en noviembre”, contó. 

La mujer entró en estado de inconsciencia por 18 días, tiempo en el que tuvo distintos infartos cerebrales. “A mí se me hizo una infección en el pómulo y me dio una sinusitis que me llegó al cerebro, la infección me produjo los infartos cerebrales y la trombosis”, explicó. 

Aunque su bicicleta se detuvo por 18 días, Sánchez Ochoa logró abrir sus ojos, luego de sufrir una trombosis venosa crónica del seno sigmoideo derecho con recanalización en 60 %, trombosis venosa del seno longitudinal inferior, daño cognitivo leve, entre otras afectaciones. 

Volvió a pedalear y disfrutar del podium 

Tatiana inició su recuperación, pese a que estaba desmotivada porque le dijeron que no podía volver a montar bicicleta. “Yo estuve aislada porque mis defensas estaban por el piso. Mis pies estaban torcidos y tenía que ponerme unos zapatos especiales”, manifestó. 

Todo lo que estaba viviendo la llevó a valorar cada una de las cosas que sentía y experimentaba como: “Levantarte y dar gracias porque el día está lindo, porque estás despierto. Yo le daba gracias a Dios por poderme bañar  y recibir esa agua”. 

Pasaron 33 días y Tatiana regresó a su casa, en donde pidió permiso para que la dejaran subirse a una bicicleta. “Yo me subí a la bicicleta como a los 15 días toda torcida, temblorosa. Yo solo quería sentirla y pedalear un poquito, yo sentí que eso me devolvió la vida”, precisó. 

Al sentirse nuevamente viva, continuó con su recuperación con tal éxito que pudo en septiembre de 2021 salir a montar bicicleta y seguidamente, volver a las competencias bajo su responsabilidad, porque médicamente no era aconsejable. 

El 17 de octubre Tatiana se puso la camisa y compitió en el Gran Fondo Ciudad Musical en la modalidad medio fondo. “Íbamos en el lote principal y cuando yo vi que mi corazón iba en 160 y  pensé si aprietan más, yo me quedo. Apretaron, pero me quedo  y fue genial porque estuve con Xiomy Guerrero y logré el segundo puesto”. 

Tatiana relató que subirse al podium fue obra de Dios porque compitió en una modalidad en la que nunca antes había participado. Luego de este renacer, la ciclista sigue imparable con su participación en el Medio Fondo del Giro de Rigo, Gran Fondo Antioquia y el Gran Fondo Challenge, donde se ha destacado en los tres primeros puestos. 

Lo aprendido 

Las caídas y triunfos de la ibaguereña la han llevado a confiar y creer.  “Independientemente del credo, siempre confíen que hay algo supremo. Le agradezco por darme esta oportunidad, porque a través del dolor he restaurado cosas y me he acercado más a mi familia. Agradezco cada día poderme levantar”, manifestó. 

Asimismo, explicó que después de esta experiencia le gustaría lograr la independencia. “Tengo tantas ganas de sacar tantas cosas, de tener un emprendimiento propio, que mi testimonio de vida ayude a tantas personas”, concluyó. 

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