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Estalla escándalo en nombramiento de curador

Investigación
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Los arquitectos Sandra Pardo y Jesús Eduardo Barrera demandarán la elección y nombramiento del Curador Urbano número Uno, Manuel Antonio Medina, por presuntas irregularidades que omitieron en el concurso de méritos desarrollado en el primer semestre del año.
 
Por ejemplo, detectaron posibles vacíos en la experiencia del nuevo curador y su equipo de trabajo, y hasta certificaciones laborales de Medina con la identidad de otra persona.
 
Los dos profesionales acaban de solicitar ante la Procuraduría General de la Nación una audiencia de conciliación prejudicial, decisión de la que ya fueron notificados el alcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez, y su secretario de Planeación, Juan Gabriel Triana.

La historia 

 
Sobre el concurso de méritos para elegir a los dos curadores urbanos de Ibagué hubo siempre demasiadas sombras. En el sector de la construcción se comentó insistentemente que de los cuatro participantes había uno que no cumpliría con los requisitos, pero que finalmente se quedaría con una de las dos curadurías. 
 
Algunos no creían en la transparencia del concurso, pese a que la Alcaldía de Ibagué delegó la tarea de escoger a los ganadores en la Escuela Superior de Administración Pública (Esap), y el tiempo parece darles la razón.
 
Este proceso inició en junio de 2012 y terminó en julio de 2014, cuando se posesionaron el Curador Urbano número Uno, Manuel Antonio Medina, y el Curador Urbano número Dos, Greisman Cifuentes.
 
Medina fue exsecretario de Planeación Ibagué, durante la administración de Jesús María Botero, y Cifuentes era el candidato fuerte del concurso por su amplia experiencia en el sector.
 
Precisamente, Manuel Antonio Medina, era el aspirante sobre el que más dudas existían por su aparente falta de experiencia en el tema de planificación urbana, pero fue quien se quedó con la Curaduría Urbana número Uno.
 
Los otros dos concursantes, la excuradora urbana Sandra Pardo y el arquitecto Jesús Eduardo Barrera quisieron conocer detalles del concurso público y que se revelaran las propuestas que presentaron todos los candidatos, pero la secretaría de Planeación de Ibagué ocultó sistemáticamente la información.
 
Jesús Eduardo Barrera, a través de derechos de petición, solicitó desde marzo que le entregaran copia de las propuestas presentadas por los cuatro aspirantes, pero la Alcaldía de Ibagué se negó a proporcionar la información aduciendo que esos documentos eran reservados.
 
Su reclamación llegó hasta Juzgado Octavo Administrativo Oral del Tolima y logró que la Justicia obligara a la secretaría de Planeación de Ibagué a entregar las copias solicitadas. Lo hizo sólo hasta el 13 de agosto, cuando ya estaban posesionados los dos nuevos curadores.
 
Buscaron y encontraron
 
Los arquitectos Sandra Pardo y Jesús Eduardo Barrera querían conocer los soportes y propuestas presentadas por los cuatro aspirantes porque desde el inicio del concurso se rumoró que el hoy curador Manuel Antonio Medina debió haber sido descalificado, si existían los vacíos que presumían.
 
El decreto 1469 del año 2013, que regula los concursos de curadores, en el artículo 86, dice: “La ausencia en la acreditación de los requisitos para ejercer como curador urbano determinará el retiro inmediato del aspirante del proceso de selección, cualquiera que sea la etapa en que se encuentre”.
 
De entrada, en los documentos aportados por el arquitecto Manuel Medina encontraron una certificación otorgada por la Alcaldía de Cajamarca que fue expedida con los números de la Cédula de Ciudadanía y la Tarjeta Profesional de otra persona. (Ver Certificado)
 
Sobre esta evidente falta, Medina le dijo a ELOLFATO.COM que fue un simple error de digitación, “más de forma que de fondo”.
 
Sin embargo, el secretario de Planeación de Ibagué, Juan Gabriel Triana, sostiene que ese error podría haber incidido en el resultado del concurso.
 
Otra supuesta falla hallada en la propuesta de Manuel Medina fue la experiencia de su equipo de trabajo. El decreto 1469 de 2010 exige que el arquitecto número Uno, del grupo de cinco profesionales que lo acompañan, debe tener una “experiencia profesional mínima de 10 años, los cuales cinco deberá acreditar en temas relacionados con el urbanismo, desarrollo o planificación urbana”.
 
Pues el arquitecto número uno es Alejandro Santamaría y en la propuesta aparece que tiene una experiencia de 7 años, cinco meses y 15 días. (Ver Equipo)
 
Además, llama la atención que Santamaría asegura haber sido secretario de Planeación de Ibagué entre los años 1986 y 1987, y que la entidad contratante fue la Contraloría de Ibagué. ¿Cómo pudo la Contraloría de Ibagué contratar a un secretario de Despacho de la Alcaldía de Ibagué? Esa inconsistencia, para el arquitecto Medina es otro “error de forma y no de fondo”.
 
Pero ahí no terminan las presuntas falencias detectadas por los arquitectos Sandra Pardo y Jesús Eduardo Barrera. El curador Manuel Medina debió dejar como curador suplente a un integrantes de su equipo que reúna “las mismas calidades del curador”, en ese caso debería ser el arquitecto número uno que debe tener los 10 años de experiencia como mínimo.
 
Pero él dejó como suplente al arquitecto número dos, Javier Ricardo Ángel, quien acredita una experiencia de cuatro años, 10 meses y 15 días.
 
El curador Manuel Medina sostiene que responderá cada cuestionamiento formulado en contra de su polémico nombramiento, mientras que la Alcaldía de Ibagué se defiende argumentando que el concurso lo hizo la ESAP, entidad en la que no fue posible contactar a un vocero.

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