El próximo alcalde de Ibagué no tendrá legitimidad por la escasa votación: Edwin Martínez

El economista Edwin Andrés Martínez en entrevista con EL OLFATO dio a conocer su percepción del panorama político de la ciudad a cinco días de las elecciones. Según él, un difícil reto para el próximo alcalde de Ibagué que será elegido con menos del 20 por ciento de los votos totales.

La escasa votación producirá un efecto adverso en la gobernabilidad y la capacidad de dirigir los destinos de la ciudad con más de la mitad de los ibaguereños en su contra, ibaguereños que no lo eligieron. Sin contar el papel que jugará el Concejo en el próximo cuatrienio.

Asimismo, fue enfático en afirmar que estas elecciones tuvieron una característica particular y no fue precisamente por los debates de índole política o ideológica. De lo contrario, estuvo marcada por las prácticas clientelistas de entrega de mercados, por la demagogia y la precaria cultura en temas políticos

EL OLFATO: ¿Cuál es el panorama político de Ibagué a cinco días de las elecciones?

Edwin Martínez: El panorama político me parece muy pobre. Creo que esta campaña electoral afirma mi posición en que la política se ha degradado mucho, que se han generalizado mucho las prácticas clientelistas de reparto de mercados, de regalos, prebendas y eso afecta el desarrollo de la democracia en la ciudad y el departamento.

Además, me parece que en esta oportunidad, a diferencia de hace cuatro años, los dos candidatos que puntean en las encuestas y en la intención de voto no tienen una gran discusión ideológica y programática sobre el futuro de la ciudad. Básicamente hay una competencia entre dos maquinarias: la maquinaria del Gobernador del Tolima contra la maquinaria de algunos empresarios que están detrás de la candidatura de Rubén Darío Correa.

Hace cuatro años, entre Guillermo Alfonso y Ricardo Ferro, había al menos un debate de tipo programático en términos de la ciudad que estos dos candidatos proponían. Actualmente, entre los dos candidatos que puntean en la intención de voto, no hay un desarrollo de discusión. De hecho, ha predominado una visión de ciudad muy escondida, no está claro y tiene una serie de propuestas inconexas. La promesa de algunas obras de infraestructura, pero no una concepción de ciudad y de la política para la ciudad.

EO: ¿Cuál ha sido ese rasgo particular que predominó durante las campañas en este proceso democrático territorial?

EM: Yo tengo la sensación de que prima no solo la publicidad negra, sino las prácticas típicas clientelistas de entrega de mercados sin debate político particularmente de los dos candidatos que van punteando. En la situación de algunos de los candidatos que están rezagados, paradójicamente han hecho un esfuerzo por presentar una concepción de ciudad mas coherente, sin embargo, no han recibido el favor de los ibaguereños. Me refiero en el caso particular de Camilo Delgado, independientemente de si se comparte o no las posiciones de él, hay una visión de ciudad. Es el mismo caso que en el de Hugo Ernesto Zárrate y quizás en el de Alfredo Bocanegra.

Los dos que están arriba de las encuestas, no tienen una visión de ciudad sino una especie de lista de mercado con las obras que harían y eso ha reducido mucho el debate político en la ciudad. Alrededor de hacer el deprimido de la 60 o la Avenida 103, que cualquier alcalde podría desarrollar esas obras, el problema es que ciudad están pensando a futuro y eso no lo resuelve hacer un puente en la 60 o ampliar la Avenida Ambalá.

EO: ¿Con cuántos votos se estima que sea elegido el próximo alcalde?

EM: Dada la multiplicada de candidatos y que finalmente no hubo grandes acuerdos entre ellos, así como están las cosas, puede ser con unos 40 o 50 mil votos. Recordemos que hace cuatro años Jaramillo ganó con 63 mil votos, creo que en esta ocasión puede bajar la votación para obtener la nominación a la Alcaldía de Ibagué. A menos que, en estos últimos días, los votantes hayan tomado nuevas decisiones y hayan abandonado a algunos de los candidatos que ya no tiene opción y se hayan alineado con algunas de las dos o tres propuestas que tienen chance si nos atenemos a las encuestas.

EO: ¿Cómo podrá manejar la gobernabilidad un alcalde que sea elegido con menos de 50 mil votos?

EM: Puede generar problemas de gobernabilidad y legitimidad en términos del margen de maniobra y del verdadero grado de aceptación. De modo tal que, el que gane se supone que debería hacer un esfuerzo enorme para construir esa legitimidad dado que no ganaría con una votación tan abultada. Falta ver si este carácter de poco debate político puede incidir en que la abstención sea un poco más alta que hace cuatro años.

EO: ¿Usted cree qué haya alianzas en esta recta final?

EM: Todo parece indicar que, a estas alturas ya no hay un estímulo para hacer ese tipo de alianzas. Creo que a 5 días de las elecciones, difícilmente una alianza que se anuncie con bombos y platillos, va a lograr un resultado significativo en términos de la multiplicación de los votos que recoja los elementos de esa alianza.

Esa alianza sería anti candidato oficial de Barreto y no una alianza programática, partiendo del hecho de que se supone que el candidato del Centro Democrático tiene unas perspectivas ideológicas y políticas diferentes al del candidato Liberal o a las de Colombia Renaciente y con mayor razón a las de Hugo Zárrate. No puede ser que le ofrezcan a la ciudadanía para evitar que gane el candidato de Barreto, una colcha de retazos entre todos los demás candidatos así se tenga profundas diferencias ideológicas.

En el caso de Barreto respecto a Hurtado, si había una situación especial en la medida en que la cercanía familiar del excandidato y la preocupación del futuro de las cuotas burocráticas y demás que podía tener en el nuevo gobierno, pues si creaba un estímulo para hacer esa alianza. Pero, en el caso de los otros candidatos para contrarrestar una posible victoria de Hurtado o de Correa me parece que es completamente ineficaz.

EO: Meses atrás, se esperaba una puja Jaramillo-Barreto por la Alcaldía de Ibagué y hasta el momento no la vemos.

EM: Es una relativa sorpresa lo del señor Correa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la política en una ciudad como Ibagué, en donde la cultura política aun es muy precaria, el carácter mediático, demagógico y demás propuestas pueden ser un factor importante a la hora de darle mayor visibilidad a un candidato y es lo que ha sucedido en el caso del periodista Correa.

EO: ¿Por qué el desplome de la candidatura oficialista?

EM: Hay varias paradojas que arrojan las distintas encuestas que han circulado en la ciudad. Una de ellas, es que el candidato del uribismo, en una ciudad que se volvió uribista en los últimos años, no pegó.

Una segunda paradoja, el candidato oficial del partido Liberal logra estar dentro de los primeros lugares de intención, aunque un poco rezagado frente a los dos primeros a pesar del partido Liberal y no gracias al partido Liberal.

Y una tercera, que a pesar de que Jaramillo tenga una elevada favorabilidad alrededor del 50% y más de la mitad de la gente esté de acuerdo en general con su gestión, no logra trasladar o endosar esos votos a su candidato oficial. Eso refleja de alguna manera le están castigando la decisión de Jaramillo de imponer dentro de los sectores denominados alternativos, un candidato a las malas sin un mecanismo democrático. A eso se suman las noticias relacionadas con los procesos que tiene en la Procuraduría y la Fiscalía que debilitan la idea de que la continuidad del proyecto de gobierno del actual alcalde pueda desarrollarse por la vía de un candidato tan cuestionado en las esferas legales y políticas.

EO: ¿A qué se debe que un candidato como José Barreto decline de su candidatura a menos de una semana de los comicios?

EM: Todo hace parte del terreno de la especulación, hay algunos que señalan que todo esto fue una estrategia del gran varón electoral del departamento que es el Gobernador del Tolima, en torno en jugar una carta doble para jugar al final y fortalecer su candidatura verdadera. Eso también muestra la degradación de la política, como se juega con el electorado y con la ciudadanía. De un momento a otro se pasa de un discurso crítico con el candidato oficial del Gobernador, a aparecer levantando la mano de este candidato. Eso muestra la falta de discusión con base en principios de la vida política y electoral de Ibagué.

EO: ¿Por qué los sectores denominados alternativos no despegan en Ibagué como si lo hicieron en las elecciones nacionales?

EM: La política local tiene unas dinámicas propias que son a veces un poco distintas a las dinámicas generales del país. En el caso de las elecciones nacionales, se ponen discursos más de fondo programáticos sobre el tipo de sociedad que se quiere. En el caso de elecciones municipales, y más en ciudades pequeñas donde no predomina el voto de opinión, sino que predomina las típicas estructuras de compra de votos y favorecimientos, es más difícil para las candidaturas denominadas alternativas tratar de hacer que el electorado se fije en sus propuestas.

Además de eso, hay que reconocer que, de parte de esas organizaciones y estructuras políticas de los partidos no tradicionales, el hecho de que no sean favorecidos en la intención de votos, está relacionado con una crisis de los liderazgos regionales de esas organizaciones de izquierda y partidos y movimientos alternativos.

La reciente Alcaldía de Guillermo Alfonso fue como una manifestación de esa contradicción, intentó presentar una visión alternativa de ciudad frente a lo que pueden ofrecer los partidos tradicionales y gobernó con los típicos mecanismos y las formas de los partidos tradicionales.

EO: ¿Habrá sorpresas este domingo 27 de octubre como pasó hace cuatro años?

EM: Creo que no van a haber muchas sorpresas, he visto muchos comentarios acerca del carácter amañado de las encuestas. La verdad, ya sea porque en las encuestas estén reflejadas en verdad la intención de voto de los ibaguereños o porque las encuestas resulten incidiendo en la definición de los gustos electorales, creo que no nos vamos a encontrar con muchas sorpresas en los resultados.