Con mayo y junio cerramos unos meses con dos de las celebraciones más importantes del año: el día de la madre y el día del padre.
Ambas fechas sacan lo mejor de los hijos, hermanos y nietos para sorprender y agasajar a sus padres/abuelos con regalos, fiestas, viajes, entre otros detalles maravillosos para esos seres que les dieron la vida y que nos han entregado todo lo mejor.
En esta ocasión, quiero invertir los papeles y las celebraciones. Que sean papá y mamá los que les regalen a sus hijos, continuamente, el regalo más grande que estos pueden ofrecer: el amor de ambos como esposos.
Un amor que es vital para el núcleo familiar y que genera inmensos beneficios en el crecimiento afectivo y social, en pocas palabras: un amor que brinda estabilidad familiar.
Escuchamos con frecuencia que se educa más con el ejemplo y la coherencia de vida que con las palabras, ya que, como bien reza el dicho, a estas se las lleva el viento. A través del amor de los esposos como padres se les conduce a ver la felicidad con hechos.
Muy bien nos lo dice el Papa Francisco en su encíclica Amoris Laetitia – Capítulo 4: “Todo lo dicho no basta para manifestar el evangelio del matrimonio y de la familia si no nos detenemos especialmente a hablar de amor. Porque no podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar”.
Entonces, ¿qué aprenden los hijos del amor entre papá y mamá, como esposos?
- Aprenden que la familia es la primera y más importante escuela de amor que se da como centro de intimidad y apertura.
- Aprenden del amor natural entre un hombre y una mujer, que se llaman papá y mamá.
- Aprender del amor conyugal, como modelo de amor.
- Aprenden a sentirse seguros y protegidos.
- Aprenden de las diferencias que se dan entre un hombre y una mujer.
- Aprenden a discutir y también a pedirse perdón.
- Aprenden a ser detallistas, cariñosos, y especiales.
- Aprenden a construir relaciones de amistad y de amor.
- Aprender a ser felices.
- Aprenden valores y virtudes relacionadas con la convivencia: respeto, lealtad, comprensión, prudencia, tolerancia, entre otras.
- Aprenden que la familia es un equipo y que papá y mamá, con su amor, son los que lo lideran.
- Aprenden a confiar en las personas a través del trato que reciben de sus padres y del amor de estos.
- Y sobre todo aprenden a amar.
El reto es grande: consolidar, proteger y custodiar el amor entre los esposos, para que este sea el mejor regalo para los hijos como fuente de alegría y protección, para brindarles unas bases sólidas y firmes para un futuro.