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El adiós a Álvaro Villalba

Camilo Rodríguez Ramírez
Antropólogo tolimense

Con su fallecimiento se cierra un ciclo de la música andina colombiana.

Se nos fue otro grande de nuestro folclor. Falleció recientemente Álvaro Villalba, sobreviviente del legendario dueto Silva y Villalba (S&V), intérpretes de la música andina de Colombia, la de bambucos, guabinas, bundes y rajaleñas.

El dueto fue heredero del también reconocido Garzón y Collazos. En sus inicios compitió con otros como Los Tolimenses y Los Hermanos Martínez. S&V despegó su popularidad con la canción del maestro Rodrigo Silva: “Viejo Tolima”, que en los años 60 del siglo XX, resumía toda la tragedia de violencia política vívida por los campesinos caficultores de la región central de Colombia. Esta canción se convirtió en un segundo himno para los tolimenses.

A partir de ese éxito musical, el dueto S&V alcanzó muchos triunfos y llegaron a grabar más de 500 canciones y 40 álbumes en todo su recorrido musical, que incluyeron a muchos renombrados compositores.

No obstante grabar temas diversos, donde le cantan al amor, al paisaje, a los campesinos, a las fiestas patronales, a la nostalgia y que alegró a varias generaciones, quiero destacar además porqué este dueto es tan querido en Colombia.

Muchas de las interpretaciones son trascendentales, calaron en el profundo corazón de sus seguidores y son más que himnos pues identifican a toda una región, a un departamento, a una población, a la familia e inclusive a la tragedia.

Varias de estas canciones habrían sido ya grabadas por otros intérpretes y sin ser exhaustivos en la selección podemos destacar las siguientes.

Del maestro Jorge Villamil, interpretaron canciones tan sentidas como “Al Sur”, con ella se identifica el departamento del Huila al igual que “Llano Grande “ y “Tierra Yaguareña”. De otra parte surge “Mi Valle del Cauca” con la que vibran todos los vallecaucanos.

“Si pasas por San Gil” es un homenaje a dicha población y con “Tierra Comunera” todo el departamento de Santander (del Sur) se apropia de estos temas.   “Pueblito Viejo” de José A. Morales, en la versión de S&V, hace que toda pequeña población vibre con esta canción. Son tan queridos en la región santandereana que el coliseo de Vélez lleva el nombre del dueto.

En el Tolima tenemos “Tolima Grande” del maestro Rodrigo Silva, “La Sombrerera” de Patrocinio Ortiz, dedicada al sur del departamento y en particular a Chaparral (el cual adoptó como su himno); “Coyaima Indiana” del Miguel Ospina homenaje a la población y a los ancestros indígenas.

La interpretación de “El Camino de la Vida” de Héctor Ochoa fue todo un éxito y se posicionó como la canción #1 entre las 100 escogidas por un concurso a finales del milenio; esta versión llega y sensibiliza a todos las familias colombianas sin ninguna distinción. También cae en esta lista “Soy Colombiano” de Rafael Godoy que ocupó el tercer lugar en el mencionado concurso.

La versión de “El Barcino” de autoría de Jorge Villamil, es como un himno para los guerrilleros de las desaparecidas FARC y su área de influencia, pese a que no faltan los revisionistas que quieren cambiarle la letra, como si con esa mutilación quisieran ocultar la historia de violencia que vivió la región del Huila- Caqueta-Putumayo.

“El Retorno de José Dolores” de Jorge Villamil, fue todo un emblema para los desplazados que retornaban a sus campos después de la firma de un tratado de Paz, tanto en el Tolima-Huila, como en los Llanos Orientales.

Hay una canción del maestro Rodrigo Silva “Reclamo a Dios” sobre la trágica avalancha que sepultó a la ciudad de Armero junto con sus 25.000 pobladores, que pese a ser polémica, se erige como un homenaje a los sobrevivientes de esta tragedia.

La selección de las canciones para públicos específicos es una ardua tarea al momento de grabar para los intérpretes, algunas veces tienen acogida, pero es sorpresa cuando ésta rebasa las expectativas y va más allá de lo estimado y aún más gratificante cuando traspasa generaciones y fronteras.  Eso fue lo que precisamente pasó con el Dueto Silva y Villalba.

Con el fallecimiento de Álvaro Villalba, se cierra un ciclo de la música andina colombiana, el ciclo de los duetos que alcanzaron con sus interpretaciones la identidad regional o local por medio de canciones.

Eso no significa que su música no resuene, antes creo que su talento alcanza a las nuevas generaciones. Ni tampoco que la música andina se acabe, pues está muy viva en los jóvenes y en sus festivales. Simplemente vienen diferentes temas y situaciones que se enfocan en otras cualidades o tragedias de nuestro devenir como grupo social

El dueto Silva y Villalba es grupo musical que nos identifica, nos enorgullece y nos deja un gran legado cultural, como miembros de esa región central de Colombia que es el Tolima Grande.

A la familia del maestro Álvaro Villalba mis más sentidas condolencias, Paz en su tumba.

Posdata: Tuve la oportunidad de escuchar en vivo al Dueto Silva y Villava en Ibagué, El Espinal, Neiva y Bogotá, en emocionantes presentaciones públicas con amplios auditorios. 

Sin embargo, guardo un grato de recuerdo de Álvaro tocando con el Dr. Edberto Guzmán, su primer compañero musical, en una tertulia vespertina con un grupo familiares y amigos al refrescante sabor de unas cervezas frías en Honda-Tolima.

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