Anticipo que a raíz de esta columna muchos lectores me dirán negativo, mala leche, resentido, ave de mal agüero o enemigo de Ibagué, a lo que podremos sumar uno que otro epíteto de grueso calibre, especialmente de aquellos pocos que todavía e ilusamente le creen los cuentos al alcalde de la ciudad.
Pero ese sea tal vez el precio que se deba pagar por ser realista y no alimentar, como si lo hace con total descaro el alcalde Luis Hernando, las ilusiones de deportistas, comerciantes y ciudadanos de bien que todavía ven posible el sueño de los Juegos Nacionales.
Tal y como lo han registrado los medios locales, después de una extensa reunión se decidió por parte de Coldeportes que las disciplinas del BMX, el tejo y el softbol se quedan en la capital del Tolima.
Primero habría que destacar la falta de seriedad de dicho instituto, que a la usanza del Ministerio de Vivienda con los recursos del acueducto complementario, un día dice una cosa y otro día dice otra, apelando más a los shows mediáticos que a los rigurosos criterios técnicos que deberían servir de sustento para este tipo de decisiones.
Pero lo que realmente hay que analizar son los tiempos con los que los afortunados contratistas cuentan para entregar los escenarios deportivos, evitándole de paso al alcalde caer al deshonroso puesto del peor alcalde del país.
Si el lector tiene a bien hacer la cuenta regresiva de los Juegos Nacionales, se supone que los escenarios deberían estar listos el 31 de Octubre, es decir en 101 días a partir del 22 de Julio.
El alcalde, folclórico e irresponsable como es, insiste terca y torpemente en que se va a cumplir dicho plazo, señalando que los suertudos contratistas le han dado su palabra y que así será.
Pues bien, en una rápida visita el pasado sábado desde el medio día a las instalaciones de la 42 con quinta y al Parque Deportivo pude constatar que nadie estaba trabajando, hecho que no se compadece con lo apremiante de la situación.
En fin, volvamos a los tiempos: Si quedan 101 días para culminar las obras, y si a eso le restamos los sábados, domingos y festivos que nuestro calendario tiene de aquí al 31 de Octubre, y durante los cuales nadie trabajaría, eso supone 31 días menos que las cuentas alegres del alcalde, pues solo se tendrían 70 días para culminarlo todo.
Aquí cabe preguntarse: ¿Realmente en 70 días, con jornadas laborales de 8 horas diarias y considerando imprevistos y eventualidades, es posible culminar todos los escenarios? ¿Será que para cumplir con la fecha estipulada, cosa de por si casi imposible, la calidad de las obras no se verá afectada? ¿Será que los señores de COLDEPORTES no miraron los informes del propio IMDRI donde dicho instituto dá cuenta de monumentales retrasos en el desarrollo de las obras (Ver Documento del IMDRI revela serios retrasos en obras de Juegos Deportivos Nacionales).
Debo decir, y ojalá esté equivocado, que con este sombrío panorama de ejecución y los escasos 70 días que quedan para culminar los escenarios, veo una muy remota posibilidad de que se terminen a tiempo, lo que tendrá como inmediata consecuencia que los Juegos Nacionales no se celebren en nuestra maltrecha ciudad.
No es de sorprender, pues desde hace meses he insistido, en que al alcalde Luis Hernando no le importan los Juegos Nacionales, pues su verdadera preocupación, además del golf que con tanto éxito practica, sólo estaba centrada en los procesos contractuales de los diseños y las obras. Triste es, pero es la realidad y el lector supondrá porqué…
Post Data: El pasado 20 de Julio el glorioso Ejército Nacional condecoró en pomposa ceremonia al Alcalde de Ibagué con la Medalla al Mérito Logístico y Administrativo “General Francisco de Paula Santander”.
Con el respeto que me merece nuestro Ejército, condecorar al quinto peor alcalde del país por méritos administrativos es una burla, una afrenta y una bofetada a una ciudad cansada de la desidia, la pereza y la incompetencia de esta administración.
Condecorar a Luis H. Rodríguez por méritos administrativos equivale a condecorar a Samuel Moreno por su lucha contra la corrupción o a DMG por sus responsables manejos financieros.