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La mujer que quiere poner a pedalear a Ibagué

Ibagué
Autor: ElOlfato
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Kelly Johanna Camacho lidera el complejo proyecto de abrirles paso a los bicicarriles en las vías de la ciudad y hacer visibles a los ciclistas. Su objetivo: mejorar la movilidad de los ibaguereños.

Desde hace tres años, Kelly Camacho decidió ponerle dos ruedas a su vida. Disfruta pedalear por las calles de Ibagué y, sin falta, lo hace tres días a la semana. Hoy, lidera el proyecto de movilidad sostenible de la Alcaldía de Ibagué y es la primera en demostrar las bondades de transportarse en cicla por las vías de la capital tolimense.

Sueña con una Ibagué inclusiva, donde los distintos modos de transporte compartan calles y avenidas de manera equitativa. Pedalear su proyecto no ha sido nada fácil, particularmente por la actitud agresiva de los conductores, a quienes les cuesta trabajo ceder un trozo del carril para la circulación exclusiva de los ciclistas. Sin asomo de vergüenza, los acorralan e insultan porque consideran que entorpecen la movilidad.

En la vía, Kelly ha vivido situaciones incómodas cuando monta en bicicleta: carros que la arrinconan, improperios y motociclistas que le tocan sus nalgas cuando se para en los pedales. Esta experiencia le ha dado mayor impulso para echar a rodar su iniciativa de transformar la movilidad y la cultura ciudadana en Ibagué.

Antes de liderar este proyecto en la Alcaldía, Kelly, con un movimiento urbano denominado la ‘Masa Crítica’, salía a las calles con el objetivo de visibilizar a los ciclistas de Ibagué y a otros modos de transporte alternativo. Movía carros mal estacionados. Abría espacio a las ciclas y patinetas. “Cuando se habla de movilidad no impera mucho el sentido común. Por eso, se requiere un acompañamiento”, afirma. Incluso, con la Fundación Entándem, de la cual también hace parte, trabaja por crear cultura ciudadana y realiza un monitoreo a la movilidad de la ciudad.

En la capital tolimense existen, en total, 1,6 kilómetros condicionados como espacio para el uso de las ciclas y 15 kilómetros perimetrales (en el sector de la variante), sin conexión, para fines recreativos y deportivos. Están proyectados 25 km que se extenderán, inicialmente, por la Carrera Quinta y las Avenidas Ferrocarril y Ambalá. A finales de este mes se entregarán los diseños puntuales de la Quinta y la Ambalá, que las dos suman un trazado de 15 kilómetros en ambos sentidos.

La funcionaria dice que, en promedio, los ibaguereños realizan trayectos de 3 a 3,5 kilómetros entre su casa y su lugar de trabajo. “Son perfectamente caminables o transitables en cicla”, acota.

Por eso, tiene claro que los bici-carriles promoverán el mayor uso de la bicicleta en la ciudad, transporte que, además, ayudará a oxigenar las vías, dado que hoy circulan por ellas un ‘abultado’ parque automotor repartido entre 111 mil motos y 65 mil carros, que contribuyen al caos y al desorden vial.

“Culturalmente es un impacto fuerte, pero no necesitamos más vías, sino mejorarlas, porque el problema también radica en el estacionamiento. Eso es como querer solucionar la obesidad abriéndole un orificio más al cinturón. Hay un exceso de carros que afecta la movilidad y el uso de la bicicleta es una alternativa viable y saludable que nos cambiará los hábitos de vida”, manifiesta.

Los ibaguereños tienen como reto familiarizarse con los bicicarriles, esa franja amarilla que va sobre el andén y que ahora puede observarse desde el puente de El Topacio hasta el semáforo de Santa Ana, en forma bidireccional. Desde hace tres meses se realizan en la zona obras de señalización y arreglo de baldosas; pronto, habrá presencia de personal idóneo para hacer respetar el bicicarril.

Lo que hicimos con la intervención de Santa Ana es mostrarles que sí nos importan; no es una infraestructura producto de un capricho político, sino un espacio de uso y disfrute para los biciusarios”, riposta la ingeniera.

Su experiencia personal

Montarse en dos ruedas trae beneficios en el corto y mediano plazo. Se suda mucho, sí, pero es un detalle ínfimo frente al impacto en la salud que tiene pedalear con frecuencia. “A la gente le da pena sudar, mas no orinar o escupir en la calle, de lo cual sí debería sentir vergüenza”, sostiene esta ingeniería agroindustrial egresada de la Universidad del Tolima, quien adelanta una maestría en Territorio, Conflicto y Cultura, en la misma institución.

Cuando Kelly se desplaza en cicla hacia su trabajo inicia la jornada laboral con mejor ánimo y energía extra. Siente que le rinde más el tiempo. “No me importa llegar sudada y si quieren saludarme y abrazarme así, que lo hagan. Si no, no me interesa”, anota. Particularmente, le encanta llegar en cicla todos los lunes, día de consejo directivo de la Alcaldía de Ibagué, para que todos la vean con casco y sudada. Y tiene lógica: es la abanderada de la movilidad sostenible y debe dar ejemplo.

Según los kilómetros, las pendientes o la ruta escogida, utiliza una de sus tres ciclas: la de montaña (que se llama Nube), la clásica o la de pedaleo asistido; eso sí, siempre lleva sobre su cabeza un buen casco protector, una blusa extra, una toalla pequeña, un bloqueador y agua para hidratarse.

“Mi bicicleta de montaña se llama Nube, es la primera que compré. Soy amiga de bautizarlas porque de alguna manera me empodera”, acota.

Desde que monta en cicla, motivada por un amigo, ha cambiado su estilo de vida: se alimenta mejor y todos los días, sin falta, hace yoga y medita para recargar su energía. “El yoga es una forma de fortalecer y estirar los músculos, lo cual es muy útil para montar en bici. Además, entreno los fines de semana para moverme en cicla de manera responsable entre semana”, indica Camacho.

Se viste de forma distinta. Cambió vestidos y tacones por pantalones y zapatos cómodos. De hecho, hace tres años no se alisa el cabello.

Trabajó en la Bolsa Mercantil, en el Banco Mundial y en el Ministerio de Agricultura, entre otras experiencias laborales, pero, sin duda, la que hoy vive encaja muy bien con su estilo de vida y con su habilidad para desarrollar, promover y ejecutar proyectos de impacto. Por ello, disfruta acomodar su cuerpo en la ‘bici’ y rodar en cicla por su natal Ibagué, en la cual sueña mejorar su calidad de vida a través del pedaleo de la movilidad sostenible.

“Para montar en ‘bici’ se necesita tomar una decisión, como todo en la vida, eso es lo más importante”, concluye. El uso de este medio de transporte combate el sedentarismo, las emisiones de gases efecto invernadero y activa el colectivo social.

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