Eduardo Bejarano cuestiona objetividad del nuevo zar anticorrupción de Ibagué

Tras conocer que el encargado de vigilar los procesos de contratación de la Alcaldía de Ibagué será el abogado bogotano Augusto Ocampo, el analista político Eduardo Bejarano criticó la decisión a través de una publicación en su cuenta de Facebook en la que denuncia que el nuevo zar anticorrupción de Ibagué se ha desempeñado como contratista de la ciudad y por tanto, su objetividad es “cuestionable”.

“#NoMásCorrupciónIbagué ¿Nuevo “Zar Anticorrupción” de Ibagué, abogado capitalino que viene a salvarnos y garantizar transparencia? Al alcalde se le olvidó contar que este sujeto había sido contratista de la alcaldía... ¡menuda independencia y objetividad nos espera!”, escribió el analista. (Ver: Después de dos años, Jaramillo cumplió promesa de tener zar anticorrupción en Ibagué)

Según le manifestó Bejarano a EL OLFATO, sus críticas están fundadas en la relación que Ocampo tiene con el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, la cual fue confirmada por él mismo a este medio, y en la “omisión” que cometió al no expresar en dicha entrevista que en el 2017 fungió como contratista de la administración municipal. (Ver: Contrato de Augusto Ocampo con la Secretaría de Gobierno, celebrado en julio de 2017)

“Tengo algunas dudas, primero, porque leí con atención la entrevista que le hizo EL OLFATO a esta persona en donde dice que conoció a Jaramillo en la administración de Gustavo Petro en Bogotá y que han tenido conversaciones de ciudad recientemente, omitiendo lo que creo yo es algo muy importante, y es que el señor ya había sido contratista de la Alcaldía de Ibagué, pues en el mes de julio de 2017 suscribió un contrato de prestación de servicios con la Alcaldía. Por ello me parece que el primer acto de transparencia de esta persona debió ser el manifestarle a todos los ibaguereños que él ya había pasado por la Alcaldía en calidad de contratista, quedando pendiente una explicación suya por esta omisión”, precisó Bejarano.

Otra de las razones de su inconformismo con esta decisión está relacionada con la militancia y activismo político del “Zar”, pues aunque considera que es normal que todas las personas tengan preferencias políticas, para desempeñar una labor como la que realizará Ocampo en Ibagué, que consiste en luchar contra la corrupción, el ideal es la objetividad en todo sentido.

“En este caso en específico la militancia ha trascendido a un activismo notable y manifiesto. Cabe recordar que Augusto Ocampo fue sujeto de una investigación cuando trabajando para el alcalde Petro lanzó unos trinos en contra de los medios de comunicación que lo llevaron a ser sancionado en primera estancia por la Personería de Bogotá. Además tengo entendido, y eso es algo que habría que mirar con mucha atención, que el señor también ha emprendido diferentes acciones jurídicas para respaldar los comités promotores de la revocatoria del alcalde Peñalosa. Así las cosas, me parece que una militancia o activismo tan marcado podría ser un impedimento para adelantar una labor de vigilancia objetiva y efectiva, porque claramente esta persona no va a tomar acciones de ninguna naturaleza en contra de sus amigos, máxime si la Alcaldía de Ibagué le está pagando”, subrayó.

Una lucha dudosa por la transparencia en Ibagué

A pesar de que Guillermo Alfonso Jaramillo ha manifestado en diferentes ocasiones que la transparencia es uno de los pilares de su administración, cabe recordar que la ciudad no cuenta con Personero y Contralor en propiedad desde hace ya dos años.

Tal proceso se ha venido dilatando y mantiene en estos cargos al liberal “jaramillista” Julio César Vásquez Figueroa, en la Contraloría Municipal, y a Juan Felipe Arbeláez, en la Personería, motivos que llevan a Bejarano a afirmar que la lucha anticorrupción del Alcalde es un "contrasentido". (Ver: El nuevo Contralor encargado es militante liberal y de cuna jaramillista)

“Me preocupa que se nombre a un señor para fungir como “zar anticorrupción” mientras se torpedea la elección del personero y el contralor, que son quienes realmente tienen que vigilar la actuación de los servidores públicos y la correcta utilización de los recursos. Me parece que es un contrasentido y que lo primero que tiene que hacer el Alcalde es poner en orden a su bancada y al Concejo para que destraben de una vez por todas la elección del contralor que ha sido tan polémica. Ibagué lleva meses al garete, sin Contralor y sin Personero en propiedad, lo que facilita que muchas conductas se desvíen del marco legal”, aseveró Bejarano.

Finalmente, expresó que el personero y contralor encargados, así como el recién nombrado “zar anticorrupción”, son afines políticos e ideológicos del Alcalde. “La transparencia que tanto promueve el Alcalde debería empezar por permitirle a estos organismos de control realizar su tarea de manera libre, espontánea, sin ataduras y sin talanqueras”, dijo el analista.

Además, agregó que el origen de Augusto Ocampo (Bogotá) no puede ser la única garantía de transparencia y honestidad, y que en la ciudad existen los profesionales idóneos y competentes para realizar una labor de control como la que éste asumirá.

“Creo que en Ibagué hay muchos profesionales del Derecho y otras profesiones que podrían prestar la misma labor sin estar atados a conveniencias y amistades políticas, es más, si el Alcalde está tan preocupado por mostrar una gestión transparente entonces por qué mejor no se ahorra esa plata del zar anticorrupción y más bien le presta atención a todos aquellos que hemos denunciado con documentos y pruebas situaciones desviadas del marco legal, así nos diga que somos unos pelagatos, creo que en muchas ocasiones hemos tenido razón”, concluyó.